A través de un comunicado en sus redes sociales, Iñigo Errejón se despidió de sus compañeros y seguidores, y alegó que “en los últimos meses, y de forma más insistente en las últimas semanas, he ido pensando en que tenía que tomar algunas decisiones importantes”.
De este modo, Errejón avanzó que lleva tiempo “trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos”. Por ello anunció su dimisión como portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar: “Dejo el escaño en el Congreso y todas mis responsabilidades políticas”, remarcó.
Cofundador de Podemos, Errejón recordó que lleva “prácticamente desde que tengo uso de razón comprometido y militando políticamente. Esa es mi forma de estar en el mundo”. No obstante, alegó que “desde hace diez años ocupo posiciones de representación pública en la política institucional y de altísima visibilidad y exposición mediática”. Esa carga de responsabilidad, alegó, “también genera un tipo de vida, una cotidianidad, una subjetividad, un tipo de vínculos con el ámbito público, con la fama y con los demás que pasan factura”.
“El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, mi salud mental y mi estructura afectiva y emocional”, desveló, aunque admitió que “esto es algo que en mayor o menor medida experimenta toda y todo el que esté en esta posición durante un tiempo prolongado”.
“En la primera línea política y mediática se subsiste y se es más eficaz, al menos así ha sido mi caso, con una forma de comportarse que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros”, sostuvo.mEsto genera, opinó, “una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”.
Errejón consideró “que tras un ciclo político intenso y acelerado”, ha llegado “al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano”.
Asimismo, reveló que lleva tiempo “trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos”. “Siempre seguiré militando y comprometido, pero para mí se acaba esta etapa política institucional y espero contribuir así a la renovación generacional y de cuadros e ideas que las fuerzas democráticas y populares necesitan”, apostilló.
Finalmente expresó que termina “la etapa más importante de mi vida. Una etapa dura y apasionante. Con aciertos de los que estoy orgulloso y errores que espero contribuir a reparar con esta decisión”.