Al ser preguntado por si ese gran ecosistema digital integraría a Telefónica, el ministro ha respondido: «Tiene sentido encajarla». Fuentes próximas al ministerio no descartan que en un futuro se incluya el control de la ‘teleco’ en la nueva SETT, aunque destacan que no es la motivación principal de la nueva entidad.
El ministro ha anunciado que presentará de urgencia el proyecto de creación de la SETT en el Consejo de Ministros de la próxima semana para que pueda entrar en funcionamiento en dos o tres meses. El ministro ha enmarcado la creación del SETT, una suerte de ‘SEPI digital’, en la necesidad de adaptarse a «una revolución industrial en toda regla» que impactará en sectores hasta ahora aislados de la tecnología, lo que obliga, en sus palabras, a que España tenga capacidad de decisión.
La nueva sociedad pública tendrá como objetivo lograr una soberanía tecnológica estratégica, el impulso del crecimiento y la productividad, la transformación del sector público, el análisis de tendencias y la colaboración público-privada.
La nueva sociedad reunirá bajo su dirección iniciativas ya existentes como el PERTE Chip, dotado con 12.000 millones de euros para semiconductores y microelectrónica, el fondo NextTech, con 4.000 millones de euros para invertir en empresas con alto componente de innovación tecnológica o el fondo del Hub Audiovisual, con 1.700 millones de euros para las empresas de este sector.
Según el máximo responsable del Gobierno en el ámbito digital, el SETT supone «un paso más en el ambicioso proceso de transformación tecnológica que está protagonizando España», lo que permitirá crear sinergias entre las distintas iniciativas en los ámbitos tecnológicos de vanguardia, actuar como interlocutor único con los agentes nacionales e internacionales, públicos y privados, y aprovechar mejor las ventajas competitivas del país.
En concreto, el Gobierno confía en que la creación de la SETT permitirá reforzar la soberanía tecnológica estratégica en un momento de gran competencia internacional en áreas como el diseño de chips, los nuevos materiales o la inversión en tecnologías con mayor capacidad de impulso y tracción sobre el resto de la economía.
La empresa atraerá inversores y conocimiento tecnológico en colaboración público-privada para generar capacidades industriales en sectores estratégicos y actuará con medidas financieras y de promoción relacionadas con las actuaciones previstas en el sector audiovisual, con el objetivo preferente de «convertir a España en un polo de atracción de la producción industrial de contenidos y en la mejora de la competitividad de toda esta industria cultural».