Una de las conclusiones es que los grandes motores de la exclusión son una “vivienda inaccesible” y el “empleo precario”, pese a los recientes datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que arrojan que en octubre la Seguridad Social ha ganado 141.926 afiliados medios (+0,65%), hasta situarse en los 21.839.592 cotizantes. Según esas cifras, difundidas ayer martes por el Gobierno, el total de ocupados en España se queda muy cerca del récord de 21.865.503 cotizantes registrado el pasado mes de julio y supone que ahora trabajan 507.078 personas más que hace un año.
“Aun con crecimiento económico España tiene una de las tasas más altas de desigualdad de la Unión Europea”, lo que “perpetúa la pobreza y la exclusión”, lamentó Flores a la luz de los datos de Foessa que también indican que un tercio de los 4,3 millones de personas en exclusión severa son menores. Además, «el 45% de la población que vive en régimen de alquiler se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, la cifra más alta de la Unión Europea. El alquiler se ha convertido en una trampa de pobreza», añadió el técnico, que considera que la vivienda es «un derecho fake» que ha sido de ser «hogar» para convertirse en causa de preocupaciones.
Durante su intervención, la secretaria general de Cáritas señaló que el IX Informe Foessa “llega en un momento histórico de profunda complejidad”. “Nuestro país ha reconfigurado su estructura social, económica y territorial”, y “está en una encrucijada” que define no solo su presente, sino el horizonte de posibilidades para las próximas décadas. Peiro puso en valor el informe, como herramienta de enfoque no sólo sociológica, sino “multidisciplinar” de “acercamiento a la realidad social que para la Iglesia es importantísimo” para desplegar “la caridad” a quienes más lo necesitan. Por todo ello, Cáritas apela a “fomentar la reflexión” y la búsqueda de “soluciones” que pasan “por política públicas y movilizar conciencias”. “Resolver las causas estructurales de la pobreza es un problema que no puede esperar”, dijo Peiro, en línea con la petición del papa León XIV, que llama a tener la actitud del “samaritano”.
“La vivienda es hoy el factor que está activamente reconfigurando nuestra estructura social, expulsando a uno de cuatro hogares de una vida digna, y triturando el difícil equilibrio de las clases medias”, aseguró el secretario técnico. Aunque las personas vulnerables buscan empleo, se forman, activan relaciones y ajustan gastos “chocan con barreras estructurales”. “El mito de la pasividad de las personas en situación de pobreza y exclusión, esa idea de que viven de prestaciones sociales sin buscar soluciones o emprender acciones para su inclusión, es falsa. Esta realidad demuestra que no fallan las personas, falla el sistema”, aseguró Flores.
El informe se hace eco también de que la precariedad laboral se ha convertido en la nueva normalidad, afectando a casi la mitad (47,5%) de la población activa. Se trata de 11,5 millones de personas atrapadas en diversas formas de inseguridad laboral. De hecho, más de un tercio de la población excluida moderada o severa trabaja.
Tampoco el nivel educativo es garantía para salir de la vulnerabilidad, pues actualmente se requiere alcanzar el Bachillerato y la FP, no sólo la ESO, como hace unos años, etapa que ha dejado de ser “cortafuegos” contra la exclusión. Si una persona no consigue completar estudios superiores a la ESO, su riesgo de caer en exclusión severa se multiplica por 2,7. Que los padres tengan estudios o no estudios supone una “mochila” para sus hijos para tener más probabilidades de caer en la pobreza.
El acceso al sistema sanitario sin tener que pagarlo y la soledad son otras dos problemáticas en las que se detiene el informe. De hecho, el nivel de aislamiento de las personas en exclusión severa se ha quintuplicado, pasando del 3,2% en 2018 al 16,6% en 2024.
También la exclusión grave crece en los hogares encabezados por mujeres. De hecho, del total de hogares excluidos graves, casi la mitad están encabezados por mujeres (el 42%, más de 15 puntos porcentuales desde 2007). Flores también desmintió otro mito: el 69% de las personas en exclusión son españolas, aunque el 68% de las personas extracomunitarias en situación irregular sufre exclusión, frente al 43% de quienes tienen permiso.
En todo esto, continuó, “los grandes perdedores del modelo socioeconómico actual son los jóvenes y los niños”. Un tercio de toda la exclusión severa en España corresponde a menores de edad, cuya tasa de pobreza se sitúa en el 29%, la más alta de todos los grupos de edad y de las mayores de Europa. A ellos se suma buena parte de la juventud que vive una situación de «bloqueo vital»: 2,5 millones de jóvenes están atrapados en una precariedad estructural, enfrentando tasas de temporalidad, parcialidad involuntaria y salarios bajos que duplican la media española. Además, se topan con “el muro” de la vivienda. “No es una crisis juvenil, es una crisis estructural que nos afecta a todos”, resumió, apelando a reconstruir “un pacto intergeneracional”.
El informe Foessa también concluye que la sociedad actual es “ecológicamente vulnerable, anímicamente desasosegada y socialmente desgarrada”, apuntó Flores. «El actual modelo socioeconómico vive de espaldas a los límites del planeta. La huella ecológica de España triplica la capacidad de su territorio. Esto quiere decir que si todo el mundo viviera como lo hace la población en España, necesitaríamos el equivalente a 2,5 planetas», avisó.
El secretario técnico reflexionó también que “quemamos nuestra cohesión social como quemamos los bosques”, pues “el desgaste humano y el desgaste ecológico son dos caras de la misma problema”. “Coexiste una bonanza económica aparente con malestares profundos”, concluyó Flores, que se convierte en “una sociedad del desasosiego”. Así, llamó a «un cambio radical de paradigma civilizatorio, un nuevo pacto social basado en valores diferentes que ponga en el centro la interdependencia, la ecodependencia y el cuidado».
«No somos individuos aislados y autosuficientes. Dependemos los unos de los otros y dependemos de la naturaleza”, insistió el coordinador del IX Informe Foessa, que invitó a buscar soluciones para ese cambio de paradigma en el feminismo y el ecologismo, con “políticas integrales fuertes” que “prevengan la desigualdad desde el origen”: la vivienda, el empleo, fiscalidad, protección social, migración e inclusión. La fuente principal de Informe Foessa, realizado por un equipo de 140 investigadores de 51 universidades, centros de investigación, fundaciones y entidades del Tercer Sector, ha sido la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales (Einsfoessa), realizada en el primer semestre de 2024 a 12.289 hogares en toda España.
