En el conjunto de la UE -excepto Suecia- se emitieron 2,4 gigatoneladas, lo que supone un descenso de un 2,8% con respecto a 2021, según datos de Eurostat. Las emisiones de CO2 a la atmósfera derivadas del uso de la energía contribuyen en gran medida al calentamiento global y representan alrededor del 75% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los seres humanos en la UE. La combinación de combustibles, estándares de vivienda, crecimiento económico, tamaño de la población, transporte y actividades industriales son algunos factores que influyen en las emisiones de CO2 en el uso de la energía.
Esas emisiones se generan en el país donde se queman combustibles fósiles para generar electricidad, transporte, producción de acero, etc. En consecuencia, las importaciones y las exportaciones de productos energéticos tienen un impacto sobre el país en el que se utilizan combustibles fósiles. Por ejemplo, si el carbón se importa para generar electricidad supone un incremento, mientras que si la electricidad es importada no tiene ningún efecto en el país importador y repercute en el exportador.
Según de Eurostat, las emisiones de CO2 derivadas del uso territorial de la energía disminuyeron el año pasado en 17 países de la UE, sobre todo en Países Bajos (-12,8), Luxemburgo (-12,0%), Bélgica (-9,7%) y Hungría (-8,6%). Por el contrario, aumentaron en nueve países, concretamente Bulgaria (12,0%), Portugal (9,9%), Malta (4,1%), Estonia (3,9%), España (3,5%), Grecia (3,3%), Chequia (3,2%), Croacia (0,8%) y Chipre (0,2%).
Alemania representa una cuarta parte de las emisiones totales de CO2 de la UE provenientes de la quema de combustibles fósiles para uso energético. Italia y Polonia (ambos con un 12,4%) y Francia (10,7%) fueron los siguientes en la lista comunitaria de los mayores emisores de CO2 en 2022.
Las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles sólidos (carbón y esquisto bituminoso, excluida la turba) aumentaron ligeramente en el conjunto de la UE respecto a 2021 (tres puntos porcentuales más), mientras que las del petróleo y los productos derivados del petróleo crecieron menos (un punto más). Por otro lado, las emisiones del gas natural disminuyeron significativamente (13 puntos porcentuales menos), lo que refleja los esfuerzos realizados por los países de la UE para alcanzar el objetivo voluntario de reducción de un 15% en el consumo de gas natural entre agosto de 2022 y marzo de 2023.