A pesar de ello, la tendencia a medio plazo registra descensos significativos, en particular en comparación con los años 2005, 2006 y 2007, donde emitíamos casi un 50% más de gases de efecto invernadero que actualmente.
En el informe se destaca que ha sido precisamente en 2024 cuando con mayor crudeza la sociedad española ha vivido de primera mano las consecuencias del cambio climático. La irrupción como nunca antes de fenómenos meteorológicos extremos, como el calor extremo o las inundaciones como las ocurridas en Valencia son reflejo de ello, señala el documento.
En comparación con el año pasado, en España se consumió mucho más petróleo, combustible fósil detrás del cual está una parte importante del impacto al medio ambiente. En concreto, el incremento interanual fue del 4,2%. Un repunte que de manera significativa se detectó en el transporte por carretera, donde el Observatorio cuantifica en un repunte del 1,6%. También el uso del avión, con el queroseno como combustible contaminante, aumentó.
La actividad productiva en nuestro país aumentó de manera importante, con un repunte del PIB del 3,3% este año, lo que se traduce también en un impacto en las emisiones. El gas natural destinado a la generación eléctrica descendió un 8,7%. Donde se detectó un incremento muy importante fue en la producción hidráulica, que este año ha aumentado en un 44%, el bombeo lo hizo en un 5,2% y la generación de energía fotovoltaica se disparó un 19,4%. En cambio, otras energías limpias como la eólica o la termosolar descendieron, un 3,2% y un 12,2% respectivamente. El documento concluye que las emisiones del conjunto del sector eléctrico pasó de un coeficiente 0,1227 tCO2 eq./MWh a sólo 0,1033.
El carbón, que hace muchos años que desciende en su empleo, se ha convertido en una fuente de energía prácticamente residual y su espacio lo está ocupando cada vez en mayor medida el gas. El Observatorio lamenta precisamente las dificultades administrativas y complejidad que aún supone en nuestro país la instalación de comunidades energéticas. También lamenta el desplome que se está detectando en la instalación de tejados solares en áreas residenciales y que considera que debería ser “una prioridad” para el Gobierno como alternativa energética limpia.
Responsables del informe concluyen que España no está descarbonizando “al ritmo que debería” y que fijan en un 7% al año: y señala que la descarbonizcaión del transporte por carretera, tanto de mercancías como de viajeros, se debería acelerar. Además aportan un dato que constata como el uso del tren como medio de traslado de mercancías está muy lejos de los niveles de hace unos años: “La cuota del transporte de mercancías por tren supone tan sólo un 4% –en 1970 era un 30%- y el coche fósil sigue siendo mayoritario”.