Y es que si uno abre las páginas cualquier diario podrá comprobar que la actualidad tiene el color de las togas de los magistrados puesto que la incapacidad de Sánchez y su equipo de gobernar y cumplir su papel como poder ejecutivo hace que sea el poder judicial el encargado de dirimir quien tiene la razón en una buena cantidad de acontecimientos claves para el futuro de la vida democrática española.
Es decir, la cerrazón y el rodillo que Sánchez quiere imponer hace que haya que recurrir a los jueces como garantes de la libertad casi permanentemente. De ahí que todos los días docenas y docenas de asuntos pasen por un juzgado, o la sala de un tribunal hasta que finalmente llega la sentencia, por eso también el propio Sánchez y sus acólitos llevan años colocando a peones fieles en las terminales judiciales mas importantes y en mucho momentos claves para sus intereses, como se esta demostrando con la actitud maliciosa de la Fiscalía o el Tribunal Constitucional que manipula y retuercen todo lo que pueden sus dictámenes hasta lograr poder sentencia a favor de los intereses señalados desde La Moncloa.
La amnistía es el caso mas evidente, pero lo mismo esta pasando clon el viejo caso de los EREs andaluces o en el de la corrupción de Avalos y su servidor Koldo o el escandalo de la catedra de su esposa s y el consiguiente tráfico de influencias que se ha movido en su entorno, etc. etc.
Y cuando la labor de los jueces ya nos sea necesaria, empezaremos a ver como el mundo empresarial ha entrado en una espiral de amiguismos y servidumbres que pueden dejarnos con los ojos como platos, pero la toma de posiciones en empresas y consejos que se está llevando a cabo desde el Gobierno puede dejar chico el hecho de la desaparición de la independencia judicial a la que estamos llegando y cuya etapa final será la toma del CGPJ.
Al tiempo, pero en el Ibex ya se empieza a notar movimientos, cuando menos curiosos.