Tal es el cambio, que aunque la economía de España quedase congelada durante todo el 2025 el crecimiento final del PIB sería superior al de Francia, Italia o Alemania. El BCE lo ha explicado con claridad al aplicar a la economía española el efecto llamado carry-over effect
Según explica el BCE, este efecto representa la inercia que arrastra la economía desde el último trimestre del año previo, de modo que, si el PIB se mantiene constante a lo largo del nuevo año, el crecimiento anual reflejaría únicamente el efecto de arrastre dejado por el año anterior. En palabras del BCE, «el carry-over effect muestra cuánto crecería el PIB en un año determinado si todas las tasas de crecimiento trimestrales de ese año fueran cero». En otras palabras, incluso sin variaciones adicionales en la actividad económica, el PIB anual puede reflejar un crecimiento positivo o negativo derivado del punto de partida en el que se encontraba la economía.
Y este va a ser el caso de España. Acudiendo a las cifras de PIB de volúmenes encadenados a través de índices (el índice 100 equivale a un año de partida desde ahí varía ese 100 en función del crecimiento o caída del PIB) que publica el INE se puede ver como en el último trimestre de 2024, el PIB español alcanzó un índice de 121,49 (un 0,8% más alto que el del trimestre anterior, que era de 120,584 y un 3,5% superior al mismo índice de un año antes). Si la economía de España se estancase de ahora hasta el final del año que viene y durante los cuatro trimestres de 2025 este índice se quedara congelado en los 121,49 puntos, el PIB ya presentaría una expansión del 1,2% anual, superando las previsiones de crecimiento para 2025 de países como Alemania, Francia o Italia que se sitúan entre el 0 de Alemania, y el 0,5% de Francia en el mejor de los casos (a Italia le dan un 0,3% de media). Lo normal es que la economía de España siga creciendo con intensidad, dada la fuerte creación de empleo y la resistencia del sector servicios, con el turismo a la cabeza. Por ello, la mayoría de las revisiones del PIB van a prever un crecimiento de entre el 2,4 y el 2,8% del PIB para este año.
Pero ojo esto tiene efecto en cualquier economía que llegue a la parte final del año en plena aceleración de la actividad o en plena caída. El impacto del carry-over effect es particularmente relevante en contextos de fuerte recuperación o desaceleración económica. En 2009, durante la crisis financiera global, el BCE observó que el PIB de la zona euro se contrajo un 4% de los cuales -1,7 puntos porcentuales correspondieron al efecto de arrastre negativo del año anterior. Por el contrario, en años de fuerte recuperación, el carry-over effect puede ser un motor del crecimiento anual. En el caso español, este fenómeno sugiere que, aunque la actividad económica se desacelere en 2025, el crecimiento interanual seguirá reflejando cifras positivas debido al impulso dejado por el último trimestre de 2024
Desde una perspectiva de previsión macroeconómica, el carry-over effect implica que las expectativas de crecimiento deben analizarse con cautela, ya que el crecimiento anual no siempre refleja la evolución real de la actividad económica dentro del año en cuestión. Como advierte el BCE, «la diferencia entre la tasa de crecimiento media anual y el carry-over effect corresponde a la dinámica de crecimiento dentro del año». En este sentido, si España lograra mantener un crecimiento positivo a lo largo de 2025, la cifra final del PIB podría ser aún mayor de lo previsto, mientras que, si la actividad se estanca, el crecimiento anual dependerá exclusivamente del efecto de arrastre y no de nuevos avances económicos.