En horarios comerciales, tan solo Alemania y Austria tienen un nivel superior de restricciones que España, lo que, según Anged es “una anomalía si tenemos en cuenta que 11 países de la UE ya disponen de plena libertad de horarios comerciales y otros cinco gozan de una flexibilidad casi completa”.
En este sentido, la situación en España es diferente según el mapa. A excepción de la Comunidad de Madrid, donde el comercio puede escoger los días y horarios de apertura, la mayor parte de las comunidades mantienen un régimen de diez domingos y festivos de apertura autorizada al año.
Pese a los avances que se han producido más recientemente en Andalucía y Murcia, con 16 domingos y festivos comerciales; y en algunas zonas de gran afluencia turística como las de las grandes ciudades valencianas, las andaluzas o en Barcelona; la realidad es que buena parte de las tiendas están cerradas por ley 52 días al año.
Esto supone que el comercio físico “no puede competir en igualdad de condiciones con el e-commerce, que ha crecido un 80% en facturación desde la pandemia”, lamentan desde la asociación.
Por otro lado, en cuanto a los impuestos específicos que gravan la actividad comercial, solo Francia y Portugal tienen una fiscalidad más dura para el sector que España, donde existe un Impuesto sobre los Grandes Establecimientos Comerciales en varias comunidades autónomas. De igual modo, Hungría y Polonia, obtienen la misma puntuación negativa que España.
Los únicos datos que han mejorado para España entre 2018 y 2022 son el relativo a la longitud de los procedimientos para autorizar la implantación (pasa de un valor de 3 a 1,50) y el relativo a las promociones de ventas (de 2,10 a 1,20). “En determinadas comunidades autónomas, las barreras regulatorias en el comercio minorista siguen obstaculizando la competencia. España se encuentra entre los Estados miembros más restrictivos en lo que respecta a los marcos regulatorios minoristas, en particular para las operaciones minoristas”, señalan desde Bruselas.