El país cuenta con una cartera de aprovisionamientos procedente de 19 orígenes diferentes, con nuevos orígenes como Indonesia y Mozambique. Estados Unidos terminó 2022 como principal suministrador de gas natural de España, arrebatando a Argelia su liderato histórico, en un año en el que las exportaciones nacionales casi se duplicaron en comparación con el ejercicio precedente anterior en un contexto marcado por la crisis energética provocada por la invasión de Rusia a Ucrania.
En lo que va de 2023 y según los datos recopilados por Bloomberg de los barcos metaneros que llegan a España, nuestro país fue uno de los mayores compradores europeos de GNL ruso. Recordar que España era uno de los países menos expuestos al gas ruso antes de la invasión. Bajo este contexto, en comparación con el resto de países del Viejo Continente, es el tercer país que tiene las reservas nacionales más llenas, tan solo por detrás de Portugal (95,51%) y Suecia (95,23%). No obstante, estos dos países tienen una capacidad de almacenaje muy inferior a la española y ahora mismo cuentan con 3,78 y 0,09 TWh, respectivamente. En el lado contrario, hay países como Alemania o Italia que superan a España en volumen almacenado aunque el porcentaje sobre el total sea menor.
Nueve países no tienen almacenes
Las reglas comunitarias no exigen que los Estados miembros dispongan de depósitos de gas (como sí ocurre con el petróleo, donde es obligatorio contar con reservas para 90 días de consumo) y hay 160 instalaciones entre 18 socios comunitarios. Sin embargo, Bruselas sí impuso la obligación de que las reservas del bloque llegaran a noviembre del año pasado al 80% de su capacidad y ha elevado al 90% el objetivo para el invierno 2023-2024. España supera en 22 puntos porcentuales la media de la UE, que se sitúa el 55,75%, con 626,48 TWh, y enfila así el hito con mucha más comodidad que muchos otros Estados miembro. La UE debía llegar con los depósitos al 40% al final del invierno para evitar problemas el próximo curso, según cálculos de la Comisión Europea.
Los nueve países que carecen de almacenes gasísticos son Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Lituania, Luxemburgo, Malta y Eslovenia. A estos la normativa les obliga a asegurarse de que un país vecino almacena al menos el equivalente al 15% de su consumo anual. Organismos como la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierten de que la próxima temporada invernal podría ser «más dura». Bajo este escenario, la Comisión ha propuesto prolongar un año, hasta marzo de 2024, la reducción voluntaria de demanda de gas del 15% que los Estados miembro aplican desde el pasado verano como medida de emergencia ante la crisis de precios.
Entre agosto y de enero de 2023, según los últimos datos que maneja el Ejecutivo comunitario, los países de la UE redujeron su consumo de gas en un 19,2 % de media, es decir, por encima del 15% que se habían fijado como meta. Bruselas presentó a principios de marzo del curso pasado su propuesta para reducir dos tercios las importaciones de gas de Rusia al año y lograr el objetivo de cortar su dependencia de los combustibles fósiles rusos en 2030. Tras un año de la invasión, la UE ha conseguido sustituir casi el 75% de las importaciones de gas ruso en comparación con los niveles anteriores a la crisis, según un análisis de Zero Carbon Analytics. En este sentido, además de buscar una mayor diversificación de proveedores, el Viejo Continente se ha lanzado a construir nueva capacidad de GNL.
Las terminales que se están levantando podrían proporcionar un 65% más de gas del que Rusia suministraba a finales del año pasado. Por ejemplo, Alemania ha construido su primera terminal flotante de GNL en poco más de seis meses. España lidera en este campo con casi un 30% de la capacidad de regasificación de Europa. La ventaja de poseer plantas regasificadoras es tener una mayor independencia energética, ya que estas permiten importar GNL en barcos procedentes de cualquier país. Enagás, operador del sistema gasista español, tiene plantas de regasificación en Barcelona, Cartagena y Huelva. Además, cuenta con el 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Por su parte, la de El Musel (Gijón), que nunca ha llegado a operar desde su construcción, ha recibido también el visto bueno del Gobierno para su puesta en marcha.