En líneas generales, la valoración del dólar ha respondido en 2024 al constante ajuste de las expectativas de los mercados sobre el camino que tomarán los tipos de interés a medida que las economías avancen en el progreso desinflacionista. Así, el principal catalizador del dólar ha sido el diferencial de tipos estimados por el mercado. Mientras en la eurozona los datos muestran un sostenido regreso de la inflación al objetivo del 2% que impulsaría al BCE a empezar a bajar los tipos en verano, los datos americanos son más desalentadores, pues han mostrado mayor resistencia en la evolución del IPC en la última milla.
Ello hace esperar que la Fed muestre más cautela, lo que podría retrasar la bajada de tipos hasta después del verano. Así, la expectativa de unas referencias de tipos de interés más elevadas en EE. UU. han causado una apreciación del dólar frente al euro del 2% en lo que va de año, con el cruce cotizando ahora alrededor del 1,08, pero que llegó a tocar niveles de 1,06 a mediados de abril (lo que implicó una apreciación del dólar del 3,5% YTD a esa fecha), cuando los datos de inflación en EE. UU. volvieron a repuntar. A ello se le suma el dinamismo que ha mostrado la economía americana y que los datos actuales, como los últimos PMI, apuntan a que seguirá avanzando a buen ritmo.
Y, mientras, aunque la economía de la eurozona ha mostrado signos de mejoría, las tasas de crecimiento son todavía débiles, de manera que el diferencial de crecimiento sigue constituyendo un soporte para la divisa americana. Desde CaixaBank Research esperamos que el BCE complete un total de cuatro bajadas de tipos este año frente a solo dos de la Fed. Además, nuestras previsiones apuntan a que la brecha de crecimiento entre ambas regiones no se reducirá sustancialmente. Ello nos lleva a estimar que el dólar se fortalecerá en los próximos trimestres, alcanzando el nivel de 1,06 frente al euro a finales de año, pero incluso llegando a cotizar alrededor de 1,04-1,05 cuando se acentúe la divergencia entre los dos bancos centrales. Otros factores de soporte al dólar incluyen el tensionamiento de riesgos geopolíticos y la continuidad de la política comercial proteccionista en EE. UU.