El índice empezó el año en el 3,609 % (media de enero) para subir al 3,671 % en febrero y al 3,718 % en marzo. A partir de ese momento, inició una senda descendente ante las previsiones sobre recortes de los tipos de interés en Europa, que el Banco Central Europeo (BCE) concretó en junio con una rebaja de 25 puntos básicos.
En ese contexto, el euríbor bajó al 3,703 % en abril; al 3,68 %, en mayo; al 3,65 % en junio; y al 3,526 %, en julio.
Robles, analista de mercados, cree también que el euríbor podría terminar el año en torno al 3 %, o incluso por debajo. «Lo que estamos viendo es que los inversores ya no sólo están descontando los posibles movimientos del BCE para este año, que podrían ser otros dos recortes de 25 puntos básicos, uno en septiembre y otro en diciembre, sino que están yendo más allá y descontando entre cuatro y seis recortes en 2025», explica. Según Robles, la actitud de la Reserva Federal de EE. UU., más proclive ahora a bajar los tipos, «está ejerciendo una mayor presión sobre el resto de los bancos centrales». «La dirección que se debe seguir es clara y el momento y el ritmo de los recortes dependerán de los datos que se vayan obteniendo, de la evolución de las perspectivas y del equilibrio de riesgos», ha explicado.
En cualquier caso, Robles subraya que «la velocidad de caída del euríbor está siendo muy superior a lo que se esperaba», por lo que no descarta que pueda bajar del 3 % antes de final de año.