En esta reunión, que coincidirá con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y el inicio de la nueva administración estadounidense, debatirán sobre los principales retos de los países comunitarios en 2025. El foro marcará el comienzo de un «nuevo ciclo institucional» y tratará desafíos como el cambio climático y la entrada de nuevas «tecnologías disruptivas» en el mercado, así como «otros cambios geopolíticos que están en la mente de todos», según apunta un alto funcionario europeo.
El escenario internacional estará marcado en esta nueva etapa por el segundo mandato de Trump y es probable que sus intenciones al frente del Ejecutivo de EEUU sean uno de los puntos más comentados del debate estratégico. Donohoe, presidente del Eurogrupo, ha insistido en la importancia de que los responsables económicos de la zona euro «aborden esta situación, evalúen qué prioridades quieren reajustar y estudien cómo cumplirlas».
A la reunión acudirá el ministro Cuerpo, y desde su departamento destacan que tanto este debate como la cena organizada por Polonia como presidencia de turno de la UE serán «una oportunidad de demostrar unidad y de trabajar de forma conjunta en las relaciones con Estados Unidos» a falta de tener «información exacta» sobre lo que Trump pretende hacer una vez asuma el cargo.
Después del debate estratégico, los socios del euro estudiarán la recomendación de política económica para la zona euro (que no prevén adoptar hasta su reunión de febrero) y mantendrán dos debates temáticos: el primero de ellos sobre las innovaciones tecnológicas en el ámbito de los pagos mayoristas y el segundo sobre los avances en el proyecto del euro digital.
Aunque no forma parte de la agenda oficial, el primer encuentro del año del Eurogrupo volverá a estar marcado por en Francia y las negociaciones internas para embridar las cuentas públicas. El nuevo Ejecutivo francés se ha marcado el objetivo de reducir el déficit público al 5,4% del PIB al cierre de este año después de que cerrase en el 6% en 2024. Sin embargo, esta meta es menos ambiciosa que la que trasmitió el Gobierno anterior, que contemplaba un recorte hasta el 5%.
Sin embargo, las autoridades comunitarias no tienen constancia, por ahora, de que el nuevo Ejecutivo de Bayrou vaya a enviar un nuevo plan fiscal que sustituya al que fue remitido por el anterior de Michel Barnier y, mientras tanto, la evaluación del primero sigue en marcha en la capital europea.