Otros famosos «hijos» del artista han sido el poco juicioso «botones Sacarino», el cegato «Rompetechos», los chapuceros «Pepe Gotera y Otilio» o los disparatados vecinos de «13, Rue del Percebe».
Francisco Ibáñez Talavera nació el 15 de marzo de 1936 en Barcelona, desde pequeño se aficionó a leer tebeos y con solo 11 años publicó su primer dibujo en una revista infantil, «Chicos». Estudió Comercio y Peritaje Mercantil, y entre 1950 y 1957 trabajó en el Banco Español de Crédito, primero como botones -experiencia de la que nacería «Sacarino»- y después como ayudante de cartera y riesgos.
En esa época, de la que Ibáñez recuerda que sus jefes siempre le pillaban haciendo dibujitos, ya colaboraba en revistas como «El Chicolino», «La Risa» y «Alex», o en el suplemento dominical de «La Prensa», y en 1957 dejó el trabajo en el banco para dedicarse por completo a la historieta. Entre 1957 y 1985 trabajó para Bruguera, la principal editora de cómics y del negocio del tebeo en España durante los años sesenta y setenta, en cuya revista «DDT» comenzó a difundir sus primeros chistes.
El 20 de enero de 1958 apareció en la revista «Pulgarcito» la primera historieta de Mortadelo y Filemón, su creación más emblemática, a los que dibujó en centenares de disparatadas aventuras y con los que ha completado 220 200 álbumes. Influenciado por la escuela franco-belga, en 1969 publicó «El sulfato atómico», historieta larga en formato de álbum, con viñetas muy cuidadas y que marcó la apertura de Ibáñez al mercado extranjero.
Las viñetas de los agentes de la T.I.A. se lanzaron en publicaciones como «Mortadelo», embrión de la cadena de libros «Súper Mortadelo», «Extra de Mortadelo», «Especial Mortadelo», «Mortadelo Gigante», así como en las colecciones «Olé», «Súper Humor» o «Magos del Humor».
En 1985 Ibáñez dejó la editorial Bruguera, en desacuerdo por haberse quedado con los derechos de sus personajes, que reclamó por vía judicial, y fichó por Grijalbo, época en la que creó las series «Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo» y «7, Rebolling Street»
La ley de Propiedad Intelectual aprobada en 1987 facilitó a Ibáñez la recuperación de «Mortadelo y Filemón», que tras su salida de Bruguera habían dibujado otros autores, sin el éxito que le proporcionaban los guiones de su creador. Ediciones B, que se hizo con todo el fondo editorial de Bruguera al quebrar esta editorial, llegó a un acuerdo con Ibáñez para que se hiciera cargo otra vez de los personajes que lo lanzaron a la fama, y desde 1989 se concentró en crear nuevos álbumes de Mortadelo, muchos de ellos relacionados con temas de la actualidad y con guiños a las modas y tendencias del momento.
«Mortadelo y Filemón» se convirtió además en el primer cómic digital español, tras la presentación oficial de su versión electrónica en 2002, durante las jornadas «Mundo Internet» que acogió en Madrid el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
En 2005, con motivo del cuarto Centenario del «Quijote», Ibáñez lanzó un álbum a propósito del personaje cervantino: «Mortadelo de La Mancha» (Ediciones B), que alcanzó unas ventas superiores a los 50.000 ejemplares, en sólo mes y medio.
La televisión y el cine han llevado también a la pantalla algunos clásicos del dibujante. Antena 3 TV estrenó una serie de dibujos animados con los «súper agentes» de la T.I.A. en 1995, cuando ambos también centraron una campaña de la Hacienda pública en los medios de comunicación. En 2003, la película de Javier Fesser «La gran aventura de Mortadelo y Filemón», que protagonizaron Benito Pocino («Mortadelo») y Pepe Viyuela («Filemón»), obtuvo cinco Premios Goya de la Academia de Cine: dirección artística, efectos especiales, maquillaje y peluquería, montaje y dirección de producción.
A finales del pasado mes de junio apareció el último de sus álbumes, «Mortadelo y Filemón. Mundial de Basquet 2023», el número 220 de la colección Magos del Humor, publicado por Bruguera, sello que en la actualidad pertenece al grupo Penguin Random House.