Así por ejemplo los medios a sus servicios, esos que obedecen las ordenes de Moncloa tratan de que la verdad de lo sucedido no salga a la luz y, por ejemplo, en el caso de la dimisión del numero tres de Montero es consecuencia clara de su corrupción, la noticia que distribuye la Agencia EFE no menciona ese hecho y se limita a decir que el presidente del TEAC «tras siete años abandona el cargo a petición propia por motivos personales».
Pero quizá lo mas grave del día es que el propio presidente en una carta dirigida a las bases de su partido en un claro intento de frenar las bajas en las agrupaciones socialistas de afiliados hartos de ver como los lideres se enriquecen robando y manipulando contratos de unos y de otros se permite decir que el informe de la UCO está siendo utilizado por las derechas para destruir a un gobierno legítimo y progresista, lo cual visto lo visto no deja de ser una gran mentira, porque si progresismo es robar, estamos apañados todos los españoles, porque en unas semanas mas puede que no quede nada de la riqueza de la que tanto presume Sánchez.
Pero en fin , lo mejor de todo este escándalo es que a lo mejor, mire usted que va a ser difícil pero todo puede ser, que los socios de investidura, vean los problemas venir y no les quede mas remedio que dar un giro a su postura actual y abandonen al líder sanchista ante un ejercicio de confianza o una moción de censura y haya elecciones antes de 2027.
Realmente sería lo mas conveniente, sobre todo porque se acabarían las dudas sobre el futuro de un Gobierno que no puede tener presupuestos ni aprobar un solo proyecto legislativo sin bajarse los pantalones hasta situaciones inconfesables, como es el caso de Sánchez, que ya ha vendido hasta la mitad el Banco de España sin tan siquiera mencionarlo a simple título informativo y no digamos ya nada de su relación con el prófugo, que hoy mismo al salir de la Moncloa sus representantes le ha pedido la cesión del 100% de los impuestos porque su confianza está al límite y si no se los dan, pues, fuera de La Moncloa, señor Sánchez