Mientras, es el sistema público de prestaciones por desempleo el que asume toda la carga de gasto, ya que estos trabajadores no tienen derecho a una indemnización al pasar a ser inactivos, dado que se mantiene la relación laboral.
El investigador Jansen ha propuesto «poner precio a la rotación» a través de un ‘bonus malus’ que cargue a las empresas que abusen de este instrumento, dado que la normativa actual hace que las compañías no internalicen el coste social. Fedea entiende que esta característica lleva a que los empresarios no tengan ningún incentivo para trasladar a sus trabajadores a contratos fijos ordinarios en los que sí deberían hacer frente a indemnizaciones por despido, en el caso de querer prescindir de ellos. Y de existir, estas motivaciones serían ajenas a la norma, como el hecho de que un trabajador valioso amenace con abandonar la empresa si no se mejora su situación contractual.
Los representantes de Fedea y los expertos invitados al evento ‘La reforma laboral: ¿Un cambio de paradigma?’, han coincidido en el éxito de la reforma laboral para reducir la temporalidad y acabar con la dualidad que han caracterizado tradicionalmente el mercado de trabajo español. Sin embargo, también han advertido de los riesgos que entraña el cambio de paradigma implementado por la reforma de 2021, que reduce la contratación temporal a supuestos muy concretos. Los académicos han centrado sus dudas en la flexibilidad de la que se ha dotado a la figura de fijos discontinuos, para los que no se establece ningún mínimo de horas o días trabajados.
Lahera, catedrático Derecho laboral Universidad Complutense de Madrid y analista de Fedea ha señalado que el problema principal se da en los fijos discontinuos intermitentes, puesto que se corre el riesgo de que sea un «contrato a la llamada», mientras la normativa establece que el contrato debe recoger cuándo va a trabajar ese trabajador y es en este grupo en el que se están localizando las mayores cuotas de rotación. Sin embargo, entiende que las modalidades de estos contratos destinadas a cubrir el empleo estacional y la demanda de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) «cumplen su función», ya que había que dar a las empresas una alternativa al ahorro de costes que suponía el contrato por obra y servicio.
Rodríguez, catedrática Derecho laboral Univ. Castilla la Mancha y exsecretaria de Estado de Empleo del Gobierno Rodríguez Zapatero ha destacado la fuerza que tiene la última reforma laboral por nacer del diálogo social. Una valoración que han compartido Juan Pablo Riesgo, responsable de EY Insights y exsecretario de Estado de Empleo con Mariano Rajoy, quien ha resaltado el influjo de fondos europeos que ha habido desde la pandemia, que ha permitido rebajar el grado de tensión entre patronal y sindicatos y moderar sus demandas para dar con un punto en común.
Sagardoy, presidente Sagardoy Abogados también ha hecho una evaluación positiva del último texto que, en su opinión, cierra la batalla política sobre los cambios introducidos por la última reforma de Rajoy -convenios de empresa y negociación colectiva- lo que permite poner el foco en el futuro. Para el grupo de expertos, la prioridad de los futuros gobiernos debe centrarse en dar un giro de 180º a la formación, tanto la dispensada a los trabajadores a lo largo de su vida laboral, la destinada a desempleados, pero también de los grados que realizan los jóvenes después de terminar la etapa obligatoria.