La propuesta consiste en introducir un sistema de «préstamos contingentes a la renta o becas retornables», similar al que se utiliza en países como el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Este sistema, según Fedea, permitiría compartir los costes de la educación entre los beneficiarios y el gobierno de forma más justa, ya que los graduados solo tendrían que pagar por su educación si pueden hacerlo. Además, el sistema desligaría la financiación universitaria del ciclo económico y aumentaría la progresividad de la misma. Esto quiere decir que «hay un mínimo exento y si los deudores no reciben una renta superior a este umbral no tienen que devolver nada del préstamo»
El informe de la fundación indica que la propuesta «busca evitar que la universidad sea un rehén de los ciclos políticos o de propuestas populistas». De este modo, propone que «los graduados paguen su educación, si pueden» y el Estado se limite a «proveer un mecanismo de seguro si las perspectivas profesionales de los egresados no son suficientemente positivas».
La propuesta de Fedea ha sido recibida con diversas opiniones por parte de la comunidad educativa. Algunos expertos creen que es una buena idea que podría ayudar a mejorar la financiación de las universidades públicas, mientras que otros temen que pueda aumentar la desigualdad entre los estudiantes.