Las palabras del Rey en el funeral de Estado en Valencia han sonado más medidas que nunca. Un discurso muy breve en el que ha condensado el sentir de familiares de las víctimas y de todo el pueblo español ante una tragedia extremadamente politizada. Seguro que no fue fácil, una vez más, la elección de unas palabras que debían representarnos a todos.
Felipe VI ha sido la única autoridad en intervenir a petición de Moncloa, organizadora del acto, por razones evidentes. Culquier otra persona habría despertado susceptibilidades y reabierto unas heridas aún muy lejos de cicatrizar. «Lo que ocurrió ese día, esa noche, y lo que siguió, nos trae a todos recuerdos tremendamente duros y sobrecogedores. En aquella fatídica fecha, una terrible dana nos golpeó con fuerza en Andalucía, Castilla-La Mancha y, especialmente, en Valencia; y dejó tras de sí, además de una destrucción desoladora y decenas de miles de damnificados, un inmenso dolor —muchísimo dolor— que todavía sentimos y seguiremos sintiendo; vosotros, familiares y amigos de las víctimas, de una forma que no puedo siquiera describir; nosotros, la sociedad, como una profunda sensación de pérdida», ha empezado el jefe del Estado.
Unas 800 personas, entre familiares y autoridades, han asistidi en el interior del Museo de las Ciencias a este funeral de Estado y han podido escuchar las palabras pronunciadas por el Rey: «Hoy recordamos, sobre todo, a las víctimas de aquella tragedia porque cada nombre, cada historia, cada persona, forma parte de una memoria que nos pertenece a todos y que entre todos debemos y queremos preservar. Ellas son la razón, el corazón y el sentido de este día; un día de emociones que cuesta poner en palabras, porque ninguna logra expresar del todo lo que uno siente al tener que pronunciarlas. Intenté ponerme en vuestro lugar, imaginar qué os podría decir, y… no existen las palabras perfectas: solo sé que hay un sentimiento de dolor sincero que me une, que nos une, a vosotros, a familiares, amigos y seres queridos, y que os acompaña con todo cariño en vuestro duelo».
En el recinto, los familiares de las víctimas que intervinieron en el acto estaban sentados en primera fila a la izquierda de la Reina; a la derecha de Felipe VI se encontraba el presidente del Gobierno y los presidentes del Senado y el Congreso, Pedro Rollán y Francina Armengol, y la presidenta del CGPJ y Tribunal Supremo, Isabel Perelló. El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ocupaba la tercera fila junto al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, como deferencia a las comunidades con víctimas mortales en la dana.
Hacia el final de su intervención, el Monarca ha querido referirse a la investigación abierta con la siguiente reflexión: «Un cariño, personal y de toda España, que es necesario expresar hoy. Como es necesario seguir analizando las causas y circunstancias de la tragedia, con el fin de extraer con rigor y serenidad las lecciones necesarias para mejorar nuestra capacidad de afrontar en el futuro otras grandes catástrofes y evitar o minimizar en lo posible sus peores consecuencias. Todos deseamos que algo así no vuelva a ocurrir. Pongamos todos de nuestra parte para impedir que se repita».
MANIPULACION DE MONCLOA
El guion trazado por La Moncloa en los momentos previos al funeral laico por las víctimas de la dana en Valencia cumplió el objetivo de dejar aislado y a merced de las críticas de las víctimas al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quien recibió graves insultos. La alcaldesa de Valencia y anfitriona del acto, María José Catalá, también fue marginada por el Gobierno.
El dirigente del Partido Popular fue excluido del encuentro de algunos familiares de víctimas seleccionadas por el Gobierno. Mientras el principal representante del Estado en la Comunidad Valenciana quedaba marginado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo como escudo a Sus Majestades los Reyes en el breve contacto con los damnificados. En total, una decena de familiares de las víctimas de la riada que el 29 de octubre de 2024 se cobró la vida de 237 personas en las provincias de Valencia, Albacete y Málaga.
De esa forma , el blindaje del acto permitió a Sánchez eludir las críticas que sufrió en la localidad de Paiporta, en la zona cero de la dana, hace ahora un año, cuando protagonizó su tristemente célebre huida. Pese a las medidas tomadas por el Gobierno para encapsular al presidente, Sánchez no logró esquivar los improperios: «Saliste de Paiporta como un galgo».
El protocolo de La Moncloa si dio cabida en la audiencia previa al funeral a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé.
De todas formas, el Gobierno se ha visto obligado a rectificar a última hora el protocolo inicialmente previsto, en el que no se había contemplado un encuentro personal de Sus Majestades los Reyes. La solución intermedia que ha arbitrado el Ejecutivo ha pasado por un breve encuentro en un sala contigua al pabellón principal del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia en el que se celebró el acto. El control de La Moncloa sobre la ceremonia fue férreo, hasta el punto de que la señal de imagen quedó en manos de Televisión Española (la periodista de la cadena pública Lara Siscar fue la encargada de conducir el acto) y las fotografías corrieron a cargo de la agencia EFE.
