Según un reportaje publicado este mismo martes, «España está en camino de superar a Estados Unidos para convertirse en la economía avanzada de mayor crecimiento en el mundo este año, expandiéndose a más de tres veces el ritmo de la Eurozona en su conjunto». Este elogio destaca el papel fundamental de España como motor de crecimiento en Europa y la robustez de su mercado laboral, el consumo privado y el público. Además, el reportaje destaca unas declaraciones llamativas: «Los alemanes tendrán más renta, pero los españoles viven mejor».
Varios economistas consultados por el Financial Times señalan que, en gran medida, este crecimiento del PIB, que se estima en un 2,7% para 2023, se ha visto impulsado por un conjunto de factores sólidos como la inmigración, el turismo, la inversión extranjera y el gasto público. De acuerdo con el último informe del FMI se espera una expansión del 2,9% este año, superando la previsión de crecimiento de Estados Unidos, fijada en el 2,8%. Este diferencial refuerza la posición de España como la economía con mayor potencial de crecimiento entre los países avanzados. El dato de PIB publicado este miércoles viene confirmar esta tendencia. España creció otro 0,8% intetrtrimestral en el tercer trimestre del año y un 3,4% interanual. De modo que ese 2,9% podría incluso terminar quedándose corto.
Tras recalcar estos buenos datos ‘macro’, el reportaje del FT da un giro y señala la otra cara de la economía: «Algunos economistas dicen que la historia del crecimiento del país tiene un lado negativo, y señalan que el PIB per cápita está creciendo más lentamente que el PIB general. La realidad es que desde 2020 el PIB per cápita solo ha crecido un 0,1%.
Esto se debe en parte a que 700.000 inmigrantes en edad laboral se han incorporado a la fuerza laboral en los últimos tres años, según Funcas. Han ayudado a elevar la población total de 47,4 millones a casi 49 millones, pero muchos están empleados en empleos poco cualificados y mal pagados. Aunque la economía crece de forma agregada y extensiva, esto no genera una mejora o mayor prosperidad para las personas que ya tenían un empleo. Al mismo tiempo, los críticos del gobierno aseguran que demasiadas familias españolas están luchando con el alto coste de la vida y que se ha hecho muy poco para aliviar la grave escasez de viviendas asequibles.
En el ámbito político, el gobierno liderado por el presidente Pedro Sánchez ha aprovechado este contexto de crecimiento para fortalecer su imagen tanto a nivel nacional como internacional. Sánchez, citado en el artículo, ha declarado que «España está viviendo un momento extraordinario. Nuestro país está experimentando un gran éxito», afirmación que refleja el optimismo que rodea a esta expansión económica. Sin embargo, el Financial Times también señala que la oposición política ha criticado la dependencia del crecimiento impulsado por el gasto público, señalando que una proporción significativa del crecimiento proviene de un aumento del consumo gubernamental.
A pesar de estos puntos de vista contrapuestos, la confianza de los inversores internacionales en la economía española sigue siendo alta. Según Financial Times, «en el mercado de bonos soberanos, el diferencial entre la rentabilidad de la deuda española y la alemana está en su nivel más bajo desde enero de 2022.» Este hecho refleja una percepción de menor riesgo y una mejora en el rendimiento de la deuda española, que incluso ha visto caer el rendimiento del bono a 10 años al 2,98%, por debajo del de Francia.
El turismo, uno de los pilares históricos de la economía española, sigue contribuyendo de manera destacada al crecimiento. Con un récord de 85 millones de visitantes el año pasado, el país espera superar esta cifra en 2024, generando más de 90 mil millones de euros en ingresos. Sin embargo, Cuerpo, ministro de Economía, ha subrayado que las exportaciones de servicios no relacionados con el turismo están creciendo a un ritmo aún mayor y se espera que generen 100 mil millones de euros en 2024. Según Financial Times, «estas exportaciones abarcan servicios financieros, ingeniería, consultoría de TI y educación, especialmente a estudiantes internacionales.»
Además del sector turístico, España se ha consolidado como un atractivo destino para la inversión extranjera directa (FDI). Desde 2019, España ha sido el sexto destino mundial de proyectos de inversión extranjera, con un notable crecimiento en sectores como la energía renovable, el automovilismo, bienes raíces y componentes electrónicos. Financial Times destaca que «España fue el destino de 77 nuevos proyectos en el sector de energía renovable el año pasado, posicionándose junto a Estados Unidos en el primer lugar mundial.»
Sin embargo, la todavía alta tasa de desempleo, que ronda el 11,2%, sigue siendo una preocupación estructural. A pesar de que España alcanzó un récord de 21,8 millones de personas empleadas en el tercer trimestre de este año, la calidad del empleo creado es motivo de análisis. Según el Financial Times, «la mayoría de los inmigrantes trabajan en sectores como la agricultura, la hostelería y la construcción, donde la productividad laboral es baja.»
En cuanto a la inversión empresarial, aunque la inversión extranjera se ha mantenido fuerte, la inversión nacional ha mostrado un crecimiento lento. Raymond Torres, director de análisis macroeconómico en Funcas, señala que «mientras que, en términos comparativos globales, España está bien posicionada, los inversores locales perciben directamente las incertidumbres políticas». Estas divergencias reflejan una economía en expansión, aunque con áreas que necesitan mejorar.
En definitiva, el Financial Times concluye que, aunque el crecimiento de España sigue impulsado por factores externos y la inmigración, su rendimiento económico positivo en medio de una Eurozona con desafíos resalta la capacidad del país para atraer inversión y mantener un crecimiento sólido. La economía española sigue avanzando, y su posición en el ámbito internacional continúa fortaleciéndose, como lo demuestra este análisis detallado del diario británico.