La laureada almazara malagueña revoluciona el sector y estrena una identidad corporativa con la que reivindica su compromiso con el legado centenario del AOVE. Prueba de ello es su nuevo claim ‘Guardians of Excellence’ —en español, ‘Guardianes de la Excelencia’—, toda una declaración de identidad y liderazgo. Tras más de una década siendo reconocida con los más prestigiosos premios nacionales e internacionales, la firma reivindica así su papel como custodios de la pureza, la sostenibilidad y la excelencia en el olivar andaluz.
‘Guardianes de la Excelencia’ ejemplifica el compromiso de velar por un producto que habla por sí mismo: auténtico, honesto y de calidad insuperable. Desde la finca situada en Antequera, Finca La Torre defiende el legado del aceite de oliva virgen extra como patrimonio cultural y gastronómico de Andalucía, al tiempo que proyecta su valor en mercados nacionales e internacionales. Con esta renovación, Finca La Torre vuelve a la esencia: poner en primer plano lo esencial, custodiar la excelencia y garantizar que cada gota de su aceite evoque la grandeza del olivar andaluz. Asimismo, la almazara también ha depurado el diseño de sus icónicas botellas, apostando por una imagen más limpia y sobria en la que el auténtico protagonista es el aceite de oliva virgen extra. Una evolución estética que refleja la filosofía de la casa: poner en primer plano la esencia, la pureza y la excelencia del AOVE.
Además, nueva temporada es sinónimo de recogida de la aceituna. La laureada almazara malagueña arranca la que estiman que será la mejor cosecha de los últimos dos años. Según afirma Víctor Pérez, ingeniero agrónomo y responsable de toda la producción, esperan recolectar 600 toneladas de aceitunas ante la extraordinaria situación de sus olivos, repletos de frutos. A ello se suma la buena salud de la que goza campo malagueño ante la climatología favorable de los últimos meses con gran cantidad de precipitaciones. Concretamente, y según apunta Pérez, se recogerán 350 toneladas de aceitunas de la variedad hojiblanca —parte de estas proceden de árboles centenarios—, 200 de arbequina, 35 de cornicabra y 15 de picudo. En total, se prevé que la producción de los cuatro tipos de AOVE de la almazara alcance las 80 toneladas. Una campaña de producción muy cuidada que da como resultado un aceite de oliva virgen extra exclusivo y de una calidad única en España. «Los olivos lucen este año más generosos que nunca, fruto de la primavera lluviosa que ha vivido la provincia de Málaga y que nos ha situado en ventaja frente a otras zonas productoras de España. El estado de la aceituna es excepcional: piezas sanas, de gran calidad y libres de enfermedades. Con estas condiciones, encaramos la campaña con las expectativas más altas de los últimos años», asegura Víctor.
Referente del sector oleícola en nuestro país, Finca La Torre está sumida en uno de los momentos más decisivos del año. La recolección durará unos 50 días, hasta aproximadamente la segunda semana de noviembre. Una cosecha que se inicia más tarde de lo habitual como consecuencia de la maduración tardía de la aceituna. Como explica el gerente de Finca La Torre, «Este año los olivos no han tenido el estrés hídrico de otras campañas. El hecho de contar con agua suficiente da lugar a que la planta vaya cumpliendo cada etapa de su ciclo vital con mucha más calma; cuantos más frutos tiene el árbol más tarda en madurar y más sosegado es este último paso».
Ganadora de seis premios Alimentos de España —el último de ellos con la cosecha 2024-2025— y con una brillante trayectoria de 14 años, Finca La Torre es una de las firmas más reconocidas a nivel nacional e internacional. La dedicación, el mimo y el cuidado que prestan año tras año a los olivos se refleja en su producto gourmet. Situada en Bobadilla, a quince minutos del centro de Antequera (Málaga), cuenta con 380 hectáreas, entre pastos, pinares y olivares, compuestos estos últimos por 1/3 de olivos centenarios de la variedad hojiblanca —es la estrella de la gama de AOVES— y 2/3 por olivos nuevos de las variedades arbequina, picudo y cornicabra, de intensísimos aroma y sabor. El ingeniero agrónomo Víctor Pérez es el alma mater del proyecto, al frente de un modelo de producción y elaboración ecológico y biodinámico que consigue sacar el mayor partido al olivar de su finca propia. Consiguen, mediante un delicado tratamiento del fruto, extraerle todo el potencial a cada variedad. El proceso comienza por una recolección temprana y sigue con la extracción en frío para que el fruto mantenga intactas sus propiedades. El secreto está en recoger la cantidad que la almazara puede molturar en el día. Así, además de potenciar al máximo su aroma, su sabor y su textura, se garantizan sus propiedades saludables (antioxidantes como la vitamina E, los polifenoles, etc.).
