Una revisión al alza que llega en un momento de gran protagonismo para el banco a cuenta de la opa hostil que ha lanzado BBVA sobre el mismo.
Si bien la firma estadounidense no incluye en la nota el impacto de la operación, sí que alerta de que puede afectar a la estrategia del grupo, aunque cuestiona tanto el calendario como la posibilidad de que la opa salga adelante. «La oferta no tiene implicaciones materiales inmediatas para la calificación debido a la incertidumbre sobre su aceptación por los accionistas de Sabadell. Sin embargo, esta circunstancia, combinada con el periodo potencialmente largo de dicha transacción, podría pesar en la ejecución de la estrategia», esgrimen en el informe.
Bajo la premisa de que todavía no hay certeza de que los accionistas avalen la propuesta del banco azul, Fitch evaluaría sus hipotéticos efectos en un nuevo examen una vez cuando aumenten las probabilidades de fusión. BBVA contempla entre seis y ocho meses para conseguir todas las autorizaciones pertinentes, incluido el respaldo de los inversores para ejecutar una ampliación de capital. Considerando la migración tecnológica el ‘timing’ se extendería alrededor de año o año y medio.