La continuidad de la marca en las condiciones que todos conocemos quedará asegurada porque el punto fundamental de esta reforma estriba en que los socios solo podrán traspasar sus acciones a otros familiares y nunca a personas ajenas al Real Madrid. Lo que Florentino Pérez traza con este plan es consolidar la independencia eterna del club. Los propios socios deberán aprobar un megaproyecto que apuntalará para siempre lo que es el Real Madrid, pues ‘la casa’ seguirá siendo como hoy, de sus socios, sin miedos a las presiones millonarias del exterior.
Será una asamblea legendaria por la revolución estructural de la entidad y por los presumibles ataques del dirigente del campeón de Europa a una organización mundial del fútbol trasnochada y hermética, que no quiere cambios y no observa hacia dónde va el interés del espectador en todo el planeta. El presidente del Real Madrid criticará a la FIFA, a la UEFA y al galardón del Balón de Oro, que ha quedado desprestigiado. .
Florentino Pérez defenderá ante los socios compromisarios la necesidad de una Superliga en la que compitan los grandes equipos semanalmente unos contra otros, duelos que aportarán un interés total a la competición continental desde el mes de septiembre, cosa que no sucede en la Liga de Campeones.
Se augura una Asamblea muy dura dialécticamente, que suscitará las ovaciones de los socios, muy dolidos por la polémica del Balón de Oro y concienciados del daño que hace este calendario insoportable, con multitud de bajas.