El organismo multilateral espera «que la tasa de crecimiento trimestral promedio de alrededor del 0,5% observada en 2023 persista en los próximos trimestres, impulsada por la demanda interna». «Los aumentos moderados de los ingresos reales y una normalización gradual de la tasa de ahorro de los hogares deberían respaldar el crecimiento del consumo, mientras que los continuos desembolsos de subvenciones de la Próxima Generación de la UE (NGEU) y las condiciones financieras más relajadas deberían conducir a cierto repunte de la inversión privada», detalla.
En el frente de los precios, el FMI espera «que la inflación siga disminuyendo a lo largo de 2024-25 en un contexto de menores precios mundiales de la energía y presiones salariales contenidas».
«La retirada de las medidas de apoyo a la energía y los alimentos generará aumentos excepcionales de precios, pero la inflación debería reanudar su tendencia a la baja a partir de entonces, acercándose al objetivo del BCE a mediados de 2025», agrega.
Según su pronóstico, el crecimiento del empleo «se moderará a medida que los flujos migratorios se normalicen y la tasa de desempleo caiga lentamente hacia su nivel estructural de mediano plazo de alrededor del 11%».
Además, el FMI advierte del riesgo de la «fragmentación política interna», que si se prolonga «podría obstaculizar la implementación de reformas estructurales y la consolidación fiscal, lo que eventualmente podría empeorar la confianza empresarial, la inversión y el crecimiento, particularmente si las condiciones financieras se endurecieran».
«Los principales riesgos alcistas para la inflación incluyen un repunte de los precios mundiales de la energía y aumentos más persistentes de los costos laborales unitarios debido a presiones salariales sostenidas o un crecimiento más débil de la productividad», concluyen.
RECOMENDACIONES
Además de actualizar sus previsiones de crecimiento, el FMI ha realizado una serie de recomendaciones a las autoridades españolas, entre las que se incluye la de aumentar los esfuerzos «de consolidación de varios años para mantener la deuda en una clara trayectoria descendente y reconstruir el espacio fiscal».
«Con la economía operando casi a plena capacidad y beneficiándose de las subvenciones del NGEU, se justifica una postura fiscal restrictiva sostenida para restaurar el margen de política fiscal adecuado contra futuras crisis y reducir la deuda elevada en el mediano plazo», explica.
El organismo también señala que «una consolidación favorable al crecimiento debería centrarse en fortalecer la eficiencia del sistema tributario y ampliar la base impositiva, e integrarse en un plan fiscal explícito a mediano plazo».
«A más largo plazo, los ajustes basados en los ingresos deberían complementarse con mejoras en la eficiencia del gasto público y, fundamentalmente, con políticas para abordar las crecientes presiones del gasto relacionadas con el envejecimiento», añade.
En definitiva el FMI reclama al Gobierno un ajuste fiscal de 44.000 millones hasta 2028 y recomienda «eliminar de exenciones del IVA, armonizar la ratio de IVA y mayores impuestos medioambientales». Insiste en relajar el despido y pide prudencia para aprobar nuevas subidas del SMI o la reducción de la jornada