Según un adelanto de su Informe de Estabilidad Financiera Global (GFSR, por sus siglas en inglés), una relajación pronunciada en estas condiciones, en un entorno de alta incertidumbre, podría aumentar los riesgos a la baja para el crecimiento económico.
El capítulo «Estabilidad macrofinanciera en medio de alta incertidumbre económica» refleja que cuando las condiciones financieras se vuelven más fáciles las expectativas de crecimiento económico suelen aumentar, debido entre otros factores a tasas de interés más bajas. No obstante, deja claro que esas condiciones laxas pueden incrementar las vulnerabilidades de la deuda, lo que empeora los riesgos para un incremento en el futuro. El FMI constata que la incertidumbre sobre los resultados y las políticas económicas se disparó durante la pandemia y se ha mantenido alta desde entonces. Una mayor inseguridad macroeconómica, dice, puede afectar «profundamente» la estabilidad macrofinanciera.
Según sus cálculos, un aumento de la incertidumbre macroeconómica equivalente al experimentado durante la crisis financiera mundial reduce el resultado a la baja del crecimiento del PIB real a un año vista en 1,2 puntos porcentuales de promedio en las economías de mercados avanzados y emergentes. El FMI alerta de que la incertidumbre puede acelerar los riesgos de caída del mercado en caso de un ‘shock’ adverso, retrasar las decisiones de consumo e inversión del sector privado y reducir la oferta de crédito interno por parte de las instituciones financieras.
La organización subraya que estas consideraciones son particularmente pertinentes en el actual contexto, dadas las elevadas vulnerabilidades macrofinancieras. El FMI añade que la interconexión entre países y economías, entre otros puntos a través del comercio, hace que los efectos negativos de la citada incertidumbre puedan ser transfronterizos.
A ello contribuyen también las redes sociales, ante las que los inversores están cada vez más atentos como transmisoras de noticias, e innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial (IA), que origina «complejidades sistémicas». El FMI recomienda políticas que se centren en reducir dicha incertidumbre y en mitigar su impacto fortaleciendo la resiliencia y conteniendo las vulnerabilidades macrofinancieras.
La respuesta, a su juicio, podría incluir políticas macroprudenciales y monetarias más estrictas. Un marco regulatorio financiero estable, según añade, «es importante». Sus consejos incluyen crear reservas internacionales suficientes y permitir la flexibilidad de los tipos de cambio. La institución insta además a los reguladores a garantizar que las instituciones financieras bancarias y no bancarias evalúen sus debilidades ante los efectos de contagio.
Para el organismo, la dependencia de marcos de política monetaria más sólidos puede mitigar también las implicaciones adversas de una mayor incertidumbre. El FMI publicará su Informe de estabilidad financiera global completo la próxima semana en el marco de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial (BM), que se celebrarán entre el 21 y el 26 de octubre en Washington DC, donde está la sede de ambas instituciones.