El FOMC mantuvo la política monetaria inalterada tras su reunión de enero, como se esperaba, señalando a los mercados que no tenía prisa en continuar su ciclo de recortes. En aquel momento, los mercados confiaban en que las políticas fiscales y arancelarias del presidente Trump mantendrían elevada la inflación estadounidense y garantizarían que la Reserva Federal mantuviera una actitud de espera en el futuro próximo. Desde entonces, ese optimismo sobre la economía se ha tornado decididamente en pesimismo, ya que los inversores temen que las erráticas políticas proteccionistas de Trump, y las iniciativas de DOGE, deterioren el crecimiento y fuercen la mano de la Fed.
Como consecuencia de lo anterior, es probable que esta semana veamos una rebaja de la proyección del PIB de la Fed para 2025. Sin embargo, sostenemos que los temores de recesión son exagerados y que la Fed no reaccionará de forma desproporcionada ante las noticias recientes. El FOMC no ha expresado una opinión explícita sobre el impacto de los aranceles de Trump, y sospechamos que el presidente Powell no se pronunciará al respecto este miércoles. Probablemente se limitará, de nuevo, a subrayar que los efectos de la política comercial son inciertos, y podría restarle importancia al riesgo de recesión. Esto casaría con comentarios previos suyos, en los que ha señalado que la economía estadounidense se encuentra en un “buen lugar” y que los indicadores de sentimiento no habían sido un indicador predictivo del consumo fiable en los últimos tiempos.
Los responsables de la Reserva Federal acogerán con satisfacción la sorpresa a la baja del IPC de febrero. Sin embargo, la mayoría de los indicadores de inflación siguen al alza, y los miembros del FOMC estarán atentos a los riesgos que plantea la subida de precios de las importaciones, que probablemente mantendrán elevadas las presiones inflacionistas durante el resto del año. Sospechamos que Powell también advertirá que las expectativas de inflación están en ascenso de nuevo, debido, en parte, a los aranceles de Trump. Creemos que esto hará que la Fed se mantenga al margen durante un tiempo, y que Powell volverá a insistir que el banco no tiene prisa en continuar el ciclo de recortes.
En nuestra opinión, el FOMC querrá mantener sus opciones abiertas, y esperar más noticias sobre la economía, y más claridad sobre las políticas del presidente, antes de comprometerse a una senda fija para los tipos. Teniendo esto en cuenta, es posible que esta semana sólo veamos ajustes modestos en el “diagrama de puntos” de la Fed. Existe la posibilidad de que el diferencial entre los miembros del FOMC más restrictivos y los más expansivos se amplíe con respecto a las estimaciones de diciembre, aunque consideramos que el punto medio para 2025 se mantendrá inalterado y seguirá reflejando sólo dos recortes de 25 puntos básicos para este año. Esto daría a los responsables de la política monetaria cierta flexibilidad para aplicar menos recortes en caso de que la inflación tendiera al alza, o una relajación más agresiva si el mercado laboral mostrara signos más claros de debilitamiento.
De cara a la reunión del miércoles del FOMC, consideramos que los riesgos para el dólar están sesgados al alza. En nuestra opinión, la reciente revalorización de los futuros (más de 60 puntos básicos de recortes para el resto de 2025) ha sido excesiva. Creemos que Powell y compañía seguirán sosteniendo un tono restrictivo, afirmando que la economía sigue en buen estado, a pesar de los recientes signos de debilitamiento, y que el camino hacia el objetivo de inflación del 2% sigue siendo difícil. El dólar podría reaccionar negativamente a una importante revisión a la baja de las previsiones del PIB, aunque pensamos que un “diagrama de puntos” para 2025 inalterado y una mejora de la visión de la inflación serían más que suficientes para impulsar al billete verde, desde sus actuales niveles deprimidos.