El día después de pactar la salida de 626 trabajadores en los próximos meses, la empresa ha cerrado el nuevo ERTE por el que la planta valenciana trabajará diariamente con 996 empleados menos, la cifra que considera que no necesitará hasta 2027 cuando empiece a producir un nuevo vehículo híbrido.
Además de fijar las condiciones para aplicar ese ERTE rotatorio a la plantilla, la dirección de Ford ha incluido el parón total de la actividad tanto en las líneas de ensamblaje de coches como en la planta de motores durante 25 jornadas de aquí a final de año. Un indicador de que además del recorte laboral acometido la planta sigue sin poder garantizar una producción estable.
De hecho, desde la pandemia la instalación valenciana suma cuatro ERE con el aprobado ayer y prácticamente ha encadenado ajustes temporales mediante ERTE desde entonces. En los últimos aprobados a la débil demanda del mercado europeo se volvían a sumar los problemas de suministro de algunos proveedores, fundamentalmente de componentes de motores.
En el caso del nuevo ERTE, UGT señala que se ha pactado complementos para garantizar el 85% del salario. Una cifra que se sitúa por encima del 80% de los anteriores expedientes pero tampoco alcanza el 90% reclamado por la asamblea de trabajadores. Precisamente este ERTE es un instrumento temporal para lo que queda de año para evitar los despidos de los 996 puestos que Ford considera que no cubrirá hasta dentro de tres años. A partir de enero de 2025 deberá entrar en vigor la fórmula a medida pactada por la empresa con el Gobierno central y el autonómico para permitir que esos contratos se puedan mantener con ayudas públicas. Una solución coyuntural que aún debe concretarse, pese al compromiso verbal de todas las partes.