Este dato, quiere decir que la participación ha crecido un 20 % frente a la registrada hasta esta misma hora en los comicios de 2022 (un 39,4%), según los datos del Ministerio del Interior.
Y es que la población francesa ha acudido a los colegios electorales en medio de un ambiente de enorme agitación de cara a la primera vuelta de unos comicios que podrían terminar de sellar el ascenso de la ultraderecha representado en la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella, este último más que posible candidato a ocupar el cargo de primer ministro del país, si se cumplen los sondeos.
Desde 1986 no se registraba una participación tan alta en unas elecciones legislativas. El resultado de aquellas elecciones alumbraron un voto de castigo contra el presidente socialista Mitterrand. La victoria de la derecha llevó a la primera cohabitación de la V República entre un presidente y un primer ministro de distinto color político.
Los principales candidatos a las elecciones legislativas acudieron a votar a primera hora de la mañana. El más madrugador fue Manuel Bombard, coordinador del izquierdista La Francia Insumisa (LFI), que emitió su voto justo después de las 10.00 hora local en Marsella (sur). Apenas un par de minutos después lo hizo el presidente del ultraderechista Reagrupación Nacional (RN) y favorito en todos los sondeos para ser el próximo primer ministro, Jordan Bardella, quien votó de forma electrónica en Garches (Altos del Sena), en la periferia de París. En torno a las 11:30 votaron el actual primer ministro, Gabriel Attal, en Vanves (también en el departamento de Altos del Sena), y el expresidente socialista Françoise Hollande, que es candidato a diputado en el de Corrèze.
Poco antes lo habían hecho el exprimer ministro y peso pesado del macronnismo Édourd Philippe en Le Havre, ciudad norteña de la que es alcalde, y Éric Ciotti, líder del partido conservador Los Republicanos, que se ha aliado de forma personal con el RN frente a la mayoría de su partido, y que votó en Niza (sureste).