Este movimiento pone de relieve el deseo de los inversores de beneficiarse de una prima de remuneración más elevada por mantener deuda francesa en lugar de deuda alemana.
Desde la rueda de prensa del primer ministro francés el 25 de agosto, el diferencial de los bonos a 10 años se ha ampliado en aproximadamente 10 puntos básicos, una reacción más moderada en comparación con el verano de 2024. A 3 de septiembre, el diferencial se situaba en torno a los 80 puntos básicos, por debajo del máximo de unos 90 puntos básicos alcanzado a finales del año pasado.
Sin embargo, la volatilidad implícita en el mercado de opciones se ha mantenido baja, en torno al 6 %. Esto indica que las expectativas del mercado sobre movimientos futuros en los rendimientos de los bonos franceses son limitadas. Por lo general, una mayor volatilidad implícita refleja la anticipación de mayores fluctuaciones.
La combinación de una prima de riesgo elevada y una baja volatilidad implícita indica que los inversores consideran que el riesgo político francés forma ahora parte del panorama, sin esperar grandes fluctuaciones a corto plazo. En otras palabras, este riesgo es ahora una «incógnita conocida» para los mercados. En la práctica, esto permite a los inversores seguir manteniendo o negociando la deuda francesa sin recurrir a costosas coberturas.