El pacto incluye, entre otros aspectos, el compromiso de la UE de invertir 600.000 millones de dólares en EEUU durante el segundo mandato de Trump, aunque con posterioridad el bloque europeo reconoció que no tiene autoridad ni mecanismos para hacerlo, “lo que pone de relieve el carácter cuestionable de compromisos como estos en las negociaciones comerciales”. Llama la atención sobre el hecho de que el culebrón comercial de EEUU aún no ha terminado con el anuncio de aranceles a otros 69 socios comerciales, que oscilan entre el 10% y el 41%, con efecto a partir del 7 de agosto, y considera que probablemente el próximo capítulo de esta historia se centre en los aranceles sectoriales para los semiconductores, los productos farmacéuticos, la madera y los aviones.
Después de que el banco central estadounidense mantuviera el pasado miércoles los tipos en el 4,25 %-4,50 %, como se esperaba, los mercados redujeron la cantidad esperada de flexibilización de la política monetaria prevista para finales de año a sólo 33 puntos básicos (pb), la cifra más baja desde febrero. Sin embargo, tras el informe sobre el empleo publicado el viernes, los mercados revaluaron esta perspectiva, hasta prever recortes de hasta 55 pb para finales de año. Lo cual quiere decir que la Fed no reducirá los tipos en absoluto este año, dada la subida de la inflación provocada por los aranceles y la relativa estabilidad de la tasa de desempleo.
En relación al PIB nominal de EEUU, que repuntó más de lo esperado en el segundo trimestre de 2025, hasta el 3%, debido a las fuertes oscilaciones del comercio neto y la inversión privada interna, es posible que las ventas finales reales a compradores privados nacionales, sean“un mejor indicador de la fortaleza económica subyacente”, aunque se ralentizaron hasta un ritmo del 1,2% intertrimestral anualizado. El PIB estadounidense se desacelerará debido a que es probable que los aranceles reduzcan los ingresos reales de los trabajadores estadounidenses, ya que los precios aumentan más rápidamente que los salarios, y a que la aplicación más estricta de las leyes de inmigración reduzca el crecimiento potencial del PIB hasta el 1,2 %-1,5 % anual, desde el 1,7%-2%.
Los informes sobre el mercado laboral estadounidense revelaron una mayor desaceleración del crecimiento del empleo, pero también un ligero aumento de los salarios. Cada vez estoy más convencido de que el crecimiento del empleo no agrícola probablemente se debilitará aún más, pero que la tasa de desempleo podría no aumentar de forma significativa. Si ese es el caso, hay pocos motivos para que la Fed recorte los tipos en lo que parece ser una economía con pleno empleo. No espera que el crecimiento de los salarios se acelere de nuevo, dada la debilidad del mercado laboral, pero considera probable que la Fed preste mucha atención a estos datos para garantizar que la inflación provocada por los aranceles no se traduzca en mayores presiones salariales.
Y sobre la inflación del gasto en consumo personal (PCE) de EEUU, que aumentó más de lo esperado en junio con las cifras de abril y mayo revisándose al alza, habrá que señalar que tanto este indicador como el IPC se acelerarán de nuevo a medida que los aranceles se vayan trasladando a los consumidores a lo largo de la cadena de suministro. Incluso es probable que el aumento supere los 100 puntos básicos, dado el incremento de aproximadamente 15 puntos porcentuales en el arancel medio ponderado sobre las importaciones de bienes a EEUU, con lo que la inflación subyacente del PCE superaría el 3,5 % a principios de 2026.
Los informes preliminares sobre el IPC de la zona euro en julio se ajustaron en gran medida a las expectativas, y es probable que la inflación en la región se sitúe por debajo del objetivo del 2% del BCE durante el próximo año. La política comercial de EEUU probablemente será un factor importante para la reducción de la inflación, ya que los aranceles estadounidenses reducen las exportaciones de la zona euro y China busca mercados alternativos para vender el exceso de producción.
Por otro lado, los informes preliminares del PIB de la zona euro para el segundo trimestre de 2025 fueron ligeramente mejores de lo esperado para el conjunto de la región, Francia y España por lo que habrá que seguir esperando que el crecimiento del PIB de la zona euro se acelere en 2026 gracias a los fuertes aumentos del gasto alemán en infraestructuras y defensa, que representa hasta el 1% del PIB de la zona euro. Con el tiempo, estos gastos generarán efectos multiplicadores más positivos debido a una innovación más fuerte y una mejor productividad de lo que esperan actualmente los economistas.
Las referencias que se publicarán esta semana son escasas. Después de conocerse hace unos días que los informes del PMI de China fueron más débiles de lo esperado, se espera que el gigante asiático registre una desaceleración moderada del crecimiento de las exportaciones(hasta el 5,5 % interanual, desde el 5,9 % registrado en junio) y una aceleración del descenso de las importaciones (una disminución del 1,5 %, tras aumentar un 1,1 % en junio). También se prevé que el IPC del gigante asiático se reduzca ligeramente con respecto a los niveles del año anterior, mientras que el índice de precios al productor (IPP) debería permanecer en deflación por decimotercer mes consecutivo.
En Reino Unido, es probable que el Banco de Inglaterra rebaje los tipos en 25 puntos básicos en la reunión de política monetaria del 7 de agosto. En la última reunión, la votación fue de 6 a 3, con una mayoría a favor de mantener los tipos constantes y tres votantes a favor de una rebaja de 25 puntos básicos. Tampoco es probable que en esta reunión se alcance un acuerdo unánime.