El crecimiento de la afiliación ha afectado a todos los sectores. También ha sido especialmente intenso en la Administración Pública, donde, a falta aún de cifras completas para el mes de marzo, se puede estimar un aumento desestacionalizado de unos 15.000. El incremento desestacionalizado del empleo en el sector privado no agrícola se situaría, por tanto, en torno a los 80.000 –a comparar, por ejemplo, con incrementos mensuales medios de unos 40.000 a lo largo de 2022–. El número de afiliados en ERTE ha crecido en 1.700, concentrados en el sector del automóvil, que sufre de paradas y reaperturas intermitentes como consecuencia de diversos problemas de suministros. Se mantiene la tendencia de descenso en el número de afiliados con contrato temporal y aumento en el de afiliados con contrato indefinido, de modo que la tasa de temporalidad en la afiliación se ha reducido ligeramente por debajo del 14%, mínimo de la serie histórica. Bajan los desempleados registrados El número de desempleados registrados en marzo descendió en 48.755, que equivale a un descenso de 23.000 en términos desestacionalizados (cifra desestacionalizada por Funcas). El número de demandantes de empleo ocupados, entre los cuales se encuentran los fijos discontinuos que buscan empleo, ha descendido en 64.000 con respecto al mes anterior. Este descenso podría obedecer, al menos en parte, al proceso de reincorporación de fijos discontinuos a su puesto de trabajo como consecuencia de la Semana Santa.
El número de contratos firmados se ha mantenido estable en comparación con el mes anterior (en términos desestacionalizados), en una cifra inferior en un 21% a la de un año antes. Los contratos indefinidos han aumentado ligeramente y los temporales han descendido ligeramente. Mejora la tasa de cobertura de las prestaciones El número de beneficiarios de prestaciones por desempleo ha roto la tendencia descendente mantenida a lo largo de 2021 y 2022, y en enero y febrero se ha incrementado en comparación con las cifras de un año antes. También lo está haciendo el gasto en prestaciones. El incremento en el número de beneficiarios unido al descenso en el de desempleados supone un incremento en la tasa de cobertura hasta el 68,11%.