Esto, pese a la mejora generalizada de las previsiones económicas del país, tanto para este como para el próximo ejercicio y a las que se han incorporado este lunes las de la Fundación de las Cajas de Ahorros. En concreto, Funcas descarta que un escenario de prórroga presupuestaria permita rebajar el agujero del conjunto de Administraciones al 2,5% comprometido por el Gobierno en el plan Fiscal y Estructural que España remitió la pasada semana a la Comisión Europea en cumplimiento de las nuevas reglas fiscales.
El ‘think tank’ advierte de que con un crecimiento del gasto primario (sin incluir el pago de intereses) del 3,7% y un aumento de los ingresos del 4,4%, que sería el escenario inercial, esto es, sin medidas de política económica adicionales, el déficit se situará el próximo año en el 3%. Para rebajarlo a ese 2,5% comprometido, el aumento del gasto debería limitarse al 3% y los ingresos deberían elevarse un 4,8%.
El director general de Funcas, Ocaña, ha dejado claro que ese ajuste de 0,5 puntos de déficit «es manejable» en este momento concreto del tiempo. «Como todas las cosas, si se deja para mañana, se complica», ha advertido. El que fuera secretario de Estado de Hacienda y de Presupuestos en el Gobierno Zapatero ha recordado que el país está en niveles de gasto muy elevados, puesto que se mantienen algunos de los desembolsos extraordinarios que el Ejecutivo tuvo que aprobar a raíz de la pandemia (las medidas anticrisisis o el conocido como ‘escudo social’).
Ocaña considera que por el lado de los impuestos no hay mucho más margen para subirlos. Ha puesto el ejemplo del IVA, donde España tiene un nivel de tipos similar al de Francia y más alto que el de Alemania, así como un nivel de IRPF parecido al de otras economías del entorno. Sí que ve margen de mejora, sin embargo, en los beneficios fiscales; en lo que se pierde en términos de recaudación con las bonificaciones o reducciones que existen para distintos grupos de contribuyentes. «Hay margen para hacer ese ajuste siendo todo ‘business as usual’, sin que cambien los parámetros», ha apuntado.
El Gobierno inició la pasada semana una nueva ronda de contactos con los grupos parlamentarios. El objetivo es lograr los apoyos suficientes para aprobar la senda de estabilidad y deuda pública -que Junts, PP y Vox tumbaron en el Congreso el pasado mes de julio- y empezar a desatascar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2025. El motivos es que la Comisión Europea ha dado a España un tiempo ‘extra’ para remitirle el borrador presupuestario con las medidas concretas que aplicará el año que viene y que tienen que completar necesariamente su plan estructural.
Con relación a esto último, Ocaña ha considerado que «estaría bien tener un plan presupuestario más detallado con o sin la presión de Bruselas» a la que, no obstante, ha dado la bienvenida. Ha reconocido que no será fácil sacar adelante las cuentas del año que viene dada la actual situación política, en la que el Gobierno se está encontrando con dificultades para aprobar sus reformas por las dificultades para conformar una mayoría parlamentaria suficiente.