Las subidas de tipos se han producido en un tiempo limitado, pero han supuesto un cambio sustancial para la financiación e inversión de hogares, empresas y sector público, en apenas un año y medio.
Después de años de política monetaria expansiva contra la incertidumbre económica, la economía mundial debe ajustarse a una nueva normalidad. En el monográfico titulado “El regreso de los tipos de interés y sus efectos”, Campa y Monzón destacan la buena situación del sector bancario europeo, con altos niveles y calidad de capital, liquidez y una rentabilidad que se ha restablecido después de muchos años. La calidad crediticia de los activos, medida por la ratio de préstamos dudosos, está en su nivel más bajo en años. Los autores recuerdan que los resultados del stress test reciente de la Autoridad Bancaria Europea muestran que, a pesar de un escenario adverso de inflación persistente, tasas de interés crecientes y una recesión grave, el sector bancario europeo se mantiene resistente, con una ratio de capital ordinario de nivel 1 (CET1, por sus siglas inglés) promedio superior al 10%. Esto indica que los bancos están suficientemente capitalizados para apoyar la economía en tales circunstancias. Al final del primer trimestre de 2023, la ratio CET1 media era del 15,7%, la más alta hasta ahora, cuando a finales de 2007, año en el que comenzó la crisis financiera, se situaba solo en el 7,9%.
A pesar de estas fortalezas, el artículo advierte de que no se debe caer en la complacencia y resalta la importancia de una gestión de riesgos efectiva y continua y de seguir fortaleciendo la solvencia y confianza del sector. Aunque el aumento de los tipos de interés ha mejorado la rentabilidad bancaria, también revela riesgos latentes, como el aumento del coste de financiación, incrementos en costes operativos y un deterioro de la calidad crediticia, especialmente en los sectores más apalancados.
Carbó y Rodríguez analizan los significativos cambios experimentados por el sector bancario de la eurozona desde julio de 2022 debido a la subida de los tipos de interés. En su trabajo explican el impacto mixto que tienen los aumentos de tipos en las entidades. Un efecto directo es la expansión de los márgenes de interés netos, ya que los bancos ajustan más rápidamente las tasas de los préstamos que las de los depósitos. Sin embargo, este beneficio se equilibra con un aumento en los riesgos crediticios, ya que los tipos más altos pueden empeorar la calidad crediticia de los nuevos préstamos y aumentar la probabilidad de impagos. A pesar de estos desafíos, apuntan, la salud financiera del sector bancario español es robusta. Ha habido un aumento en la rentabilidad de los recursos propios y en las ratios de capital, especialmente en la ratio CET1. Además, los bancos han mantenido niveles de liquidez adecuados y los resultados han evolucionado positivamente. El análisis empírico muestra que los bancos españoles se benefician de un aumento en la diferencia entre los tipos de préstamos y depósitos, recuperando terreno perdido con los tipos de interés negativos.
En esta situación normativa y de tipos elevados, Parra-Oller y Suárez analizan la posición de la banca europea en cuanto a su compromiso medioambiental, social y de buen gobierno y cómo esa mayor orientación ESG afecta al nivel de riesgo de las entidades y al crédito concedido en tanto que la adaptación a los criterios de sostenibilidad implica cambios en la gestión de inversiones. La evidencia presentada en su trabajo es coherente con una tendencia general hacia la reducción del riesgo. Los bancos de la UE muestran una tendencia a reducir el riesgo, dada la disminución en los préstamos fallidos en comparación con Reino Unido y Suiza. Los bancos de la UE presentan índices ESG más altos, reflejando un compromiso creciente con aspectos sociales y de buen gobierno. Los bancos suizos e ingleses, por su parte, destacan por las políticas de gobierno corporativo. El análisis econométrico también pone de manifiesto que la mayor orientación ESG de la banca europea contribuye a reducir su nivel de riesgo, especialmente en bancos con un enfoque más fuerte en buen gobierno. Bancos con una orientación ambiental tienden a incrementar el volumen de préstamos, mientras que aquellos centrados en el buen gobierno muestran una tendencia opuesta.
La subida de los tipos de interés no solo está reconfigurando el terreno en sectores clave como la banca o el mercado inmobiliario, sino también en la inversión. El cambio en la política del Banco Central Europeo marcó un punto de inflexión en la toma de decisiones financieras de los hogares. Blasco y Corredor explican que a pesar de que el efectivo y los depósitos han sido tradicionalmente los principales instrumentos de ahorro, la subida de tipos de interés iniciada en junio de 2022 está alterando esta tendencia, desplazando la demanda hacia los valores de deuda y reduciendo el crédito solicitado por los hogares. Además, desde la pandemia, ha aumentado la participación en capital y fondos de inversión, con una perspectiva internacional.