El descenso de la inflación en noviembre es el resultado de la bajada mensual del precio de la electricidad, que ha compensado el aumento de la inflación en alimentos y servicios. Para Funcas, “resulta especialmente preocupante la evolución de estos dos componentes, que no ofrecen señal alguna de moderación, y son, junto a la electricidad, los que explican el diferencial de inflación respecto a la eurozona”.
Respecto a los alimentos elaborados, aumentaron su tasa de inflación en tres décimas, hasta el 1,7%. Si excluimos el aceite de oliva, cuyo precio cae un 38% interanual, la tasa de inflación de este grupo sería del 3%. Los alimentos no elaborados elevaron su tasa en seis décimas hasta el 6,6%. Los servicios, por su parte, registraron un nuevo ascenso hasta el 3,7%. Casi cuatro décimas de ese 3,7% proceden de la subida de la tasa de basuras y la eliminación de los subsidios al transporte público de viajeros.
La relajación del precio del petróleo ha conducido a una rebaja en la previsión para la inflación energética, pero ha sido contrarrestada por el aumento de la previsión para la inflación en los alimentos. Así, aunque la tasa de inflación esperada para diciembre de este año se ha elevado una décima hasta el 2,9%, la correspondiente a 2026 se mantiene en el 2,4% –media anual–. La subyacente se revisa al alza una décima, hasta el 2,4%
