La tasa armonizada también se elevó, hasta el 3,5%, siete décimas más que la media de la eurozona. La tasa de inflación subyacente se redujo hasta el 3,6%, mientras que el núcleo inflacionista, que excluye todos los alimentos y productos energéticos, descendió hasta el 3%.
El resultado ha sido algo superior a lo esperado, tanto en la tasa general como en la subyacente, aunque las variaciones de ambas han ido en la dirección esperada –la general al alza y la subyacente a la baja–
Los precios de los alimentos elaborados se encarecieron un 1%, elevando la tasa interanual hasta el 6,2%. Buena parte de dicho incremento procedió del tabaco y el aceite de oliva, aunque el resto de los alimentos elaborados también aumentaron sus precios, especialmente zumos, queso y pan. En los bienes industriales no energéticos, la tasa de inflación se moderó ligeramente hasta el 1,6%, y en los servicios hasta el 3,6%, sobre todo debido a la bajada de la misma en los servicios empaquetados de telefonía y en los vuelos nacionales e internacionales.
En cuanto a los componentes más volátiles, los alimentos no elaborados registraron un fuerte incremento en su tasa hasta el 8,8%, impulsada fundamentalmente por las frutas y las legumbres y hortalizas. Los productos energéticos, por su parte, fueron los que más elevaron su tasa, desde un -6,4% hasta un -2,3%, como consecuencia de la retirada parcial de las rebajas impositivas sobre electricidad y gas, mientras que los combustibles registraron una bajada de precios, situándose por debajo del nivel de un año antes.
En suma, la subida de la inflación en enero obedeció al impacto sobre la inflación energética de la subida de impuestos, así como al encarecimiento de los alimentos, tanto elaborados como no elaborados.
El precio del petróleo se ha elevado ligeramente desde las anteriores previsiones. En el escenario central actual, se parte de la hipótesis de que el crudo se situará buena parte del año en torno a 85 dólares, descendiendo en el transcurso del segundo semestre hasta 80 dólares. Bajo este supuesto, la tasa media anual del índice general sería del 3,1% –una décima menos que la anterior previsión– con una interanual del 3% en diciembre. La media de la tasa subyacente sería del 2,9% –sin cambios–, y su interanual de diciembre se situaría en el 2,5%.
En un escenario en el que el precio del crudo se elevara hasta los 100 dólares, la tasa media anual general sería del 3,5% (3,9% la interanual de diciembre) y la subyacente se elevaría hasta el 3,1%. Finalmente, en un escenario en el que dicha materia prima rebajase su precio hasta los 70 dólares, la tasa general rondaría el 2,7% anual (2,4% interanual en diciembre) y la subyacente el 2,6%.