“Para BBVA la sostenibilidad es un pilar estratégico que abordamos como una gran oportunidad de negocio”, ha dicho. También ha destacado la importancia de implementar políticas que impulsen la transición energética. “Necesitamos políticas climáticas industriales que ofrezcan señales claras de demanda y estímulos para impulsar la transformación a gran escala y con predictibilidad. También son necesarias licencias más rápidas y unos mecanismos que ayuden a las entidades financieras a mitigar los riesgos de estas tecnologías para financiarlas, pues serán claves para apoyar la competitividad industrial”, ha afirmado. A su juicio, también conviene hacer un uso virtuoso de los ingresos del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) para la innovación y la fabricación de tecnologías limpias.
En definitiva, la transición hacia una economía de emisiones netas cero requiere una profunda transformación, así como enormes inversiones sostenidas en el tiempo. Todavía hay muchas actividades sin soluciones tecnológicas viables en términos de costes que requieren inversión en innovación, ha manifestado.
En este sentido, ha señalado la enorme oportunidad para cerrar la brecha de innovación e impulsar la descarbonización que suponen, tanto el Pacto Industrial Limpio que será anunciado por la Comisión Europea a finales de febrero, como la Ley de Industria y Autonomía Estratégica en España.
Genç ha resumido los desafíos clave a los que se enfrentan los proyectos innovadores de nuevas tecnologías limpias o ‘cleantech’: altos requisitos de inversión inicial; incertidumbre del mercado; riesgo tecnológico derivado de la falta de implementación a gran escala de muchas de las soluciones ‘cleantech’; y la incertidumbre regulatoria que afecta a la prima verde de estas tecnologías.