Su rentabilidad se situó, además, muy por encima de la de otros activos sin riesgo, como pueden ser las letras del Tesoro a un año, que ofrecen un tipo de interés del 3,2% o de los propios de depósitos bancarios, cuyas mejores ofertas se sitúan también en este rango de remuneración.
Según los valores liquidativos a 31 de diciembre de 2023, los cuatro fondos comprendidos en la categoría de Renta Fija Mixta Internacional, con una exposición máxima del 25% a activos de renta variable, ofrecieron una rentabilidad media del 6,18%.
Por su parte, los siete fondos que integran la familia de Renta Variable Mixta Internacional, que pueden superar este umbral de inversión en acciones, lograron cerrar el año con un rendimiento acumulado medio del 9,14%.
Desde Gescooperativo, consideran además que, de cara a 2024, dada la normalización que empieza a observarse en la evolución de la curva de tipos, seguirá habiendo oportunidades en la renta fija, si bien se muestran partidarios de aumentar ligeramente el horizonte de la inversión en este tipo de activos, situándose en emisiones con una vida comprendida entre los 3 y 4 años.