Con los gobiernos de Cataluña y País Vasco ya cerrados, el Gobierno pone el foco en unos presupuestos que serán «acordes con la propia coyuntura económica», tal y como ha trasladado la ministra portavoz, Alegría, tras la reunión del Consejo de Ministros de este martes.
El Ejecutivo retomará los contactos con el resto de grupos parlamentarios en septiembre, pero no ha aclarado los plazos que maneja para la tramitación de las cuentas públicas. Un proceso que se antoja, de nuevo, muy complejo por el delicado equilibrio de fuerzas en el Parlamento. En este aspecto, Alegría ha pedido «responsabilidad» al resto de grupos parlamentarios y ha señalado que el Gobierno tendrá la «mano tendida» para negociar las cuentas.
El siguiente paso que deberá dar el Gobierno es aprobar de nuevo los objetivos de estabilidad (los límites de déficit y deuda en los que pueden incurrir Ejecutivo, comunidades y ayuntamientos) tras el revés sufrido el pasado 23 de julio en el Congreso. Entonces, los diputados de Junts votaron en contra de la senda de déficit, cuya aprobación en Cortes es imprescindible para poder presentar el proyecto de presupuestos.
La ministra portavoz no ha aclarado cuándo se volverá a remitir al Congreso la iniciativa, que teóricamente decaería si se lleva un segundo ‘no’ de la Cámara Baja. No obstante, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Montero, ya recurrió a una argucia legislativa en la preparación de las cuentas públicas no nacidas de 2024 para dar por aprobados los objetivos de estabilidad tal y como se remitieron a Bruselas.