“El futuro de un sector, de una empresa o de un proyecto, su supervivencia, su sostenibilidad en el tiempo depende de que la sociedad lo encuentre útil y de que la sociedad quiera que exista”, ha asegurado durante su intervención en el ‘XL Seminario APIE Santander’, bajo el título ‘La economía de la democracia. De la transición y la entrada en la UE hasta la crisis de la pandemia’.
Goirigolzarri se ha referido además de a la reputación, a otros dos desafíos a los que tiene que hacer frente el sector financiero: el cambio de hábitos de los clientes unido a la evolución de la tecnología, y la mejora de la rentabilidad.
Sobre el primero, ha señalado que “los clientes siguen modificando sus hábitos a la hora de relacionarse con su banco, siguen acelerando su digitalización, y nosotros debemos dar una respuesta”. En cuanto al reto de la rentabilidad, ha explicado que es cierto que la recuperación del terreno positivo de los tipos de interés ha tenido como consecuencia una mejora de la rentabilidad del sector, aunque sigue estando por debajo del coste de capital del sector, y las cotizaciones de los bancos continúan estando por debajo del valor en libros. El presidente de CaixaBank ha aprovechado su intervención para dejar claro que existen enormes diferencias entre la situación de la banca regional americana, con entidades que han presentado dificultades en los últimos meses, y el sistema bancario europeo y, en concreto, el español. Diferencias, ha dicho, en términos de modelo de negocio de las entidades y de regulación y supervisión.
En todo caso, ha comentado la necesidad de contar en Europa con un sector financiero, no sólo muy solvente y con una gran liquidez, sino con entidades de mayor masa crítica, “que puedan competir con los grandes bancos americanos o asiáticos, y de este modo tener la capacidad de financiación suficiente para apoyar el crecimiento europeo”.
Sobre el contexto europeo, ha expresado también que “la Unión Bancaria permanece incompleta y la Unión del Mercado de Capitales es incipiente”. En concreto, ha abogado por “culminar” el Fondo de Garantía de Depósitos común.
Según Goirigolzarri, “la inexistencia de una unión bancaria y un mercado único de capitales tiene impacto a todos los niveles: deja sin cerrar un problema importante para los países europeos, como es el riesgo de fragmentación, con su consiguiente efecto en las primas de riesgo; y la falta de una unión real es un obstáculo para la consolidación bancaria, ya que no permite aprovechar economías y sinergias a nivel europeo”.
Fase de transformación
Por otra parte, el presidente de CaixaBank ha trasladado que una vez completada la integración “comenzamos la parte más prometedora de nuestra fusión, que es la de la transformación”. En este sentido, ha recordado las prioridades que recoge el Plan Estratégico 2022-2024 de la entidad: dar un impulso decisivo al negocio, creciendo más allá de las barreras de la banca tradicional; continuar, al mismo tiempo, adaptando los canales de distribución a las nuevas necesidades de los clientes; y todo ello con el objetivo de ser un referente europeo en sostenibilidad.
Estas prioridades, ha añadido, deben llevar a la entidad a alcanzar a cierre de 2024 una rentabilidad sobre recursos propios superior al 12%, una mejora de la eficiencia hasta situarla por debajo del 48%. Y consolidar la posición de fortaleza en términos de capital y solvencia, con el objetivo de generar capital disponible para distribuir a nuestros accionistas por un importe de 9.000 millones de euros en el periodo 2022-2024. “Unos objetivos muy ambiciosos, pero que creo, con los datos de cierre del primer trimestre de este año, podemos confirmar que vamos en el buen camino para su cumplimiento”, ha subrayado.
Además, ha incidido en que CaixaBank quiere ir más allá y “liderar el proceso de transformación del sector financiero”. “Esta transformación la queremos llevar a cabo con un modelo de hacer banca muy inclusivo y muy cercano a las familias y empresas, así como a la sociedad a la que servimos”, ha asegurado.
Modelo diferente de hacer banca
Además, Goirigolzarri ha defendido que el compromiso de CaixaBank con sus clientes y con la sociedad en general “va más allá de la mera relación financiera”, y ha puesto el énfasis en la vertiente social de la entidad porque “tenemos una forma muy distinta de hacer banca” “Contamos con un modelo diferencial de hacer banca, muy inclusivo y cercano a la sociedad a la que servimos. Un modelo que parte de la base de que la sostenibilidad de un proyecto no se sustenta sólo en los resultados financieros, sino también en cómo se consiguen”.
De esta manera, ha puesto en valor iniciativas como MicroBank, el banco social de CaixaBank y mayor entidad europea de microfinanzas; CaixaBank Dualiza, la fundación para apoyar la formación profesional dual; o el amplio parque de viviendas en alquiler social de la entidad. A ello hay que añadir que la Fundación “la Caixa“ tiene una participación superior al 30% de CaixaBank, lo que ha significado un dividendo de 550 millones de euros en el último ejercicio para financiar su labor social.
Fortaleza de la economía española
El presidente de CaixaBank también ha abordado la situación de la economía española, para afirmar que “es innegable que nuestra economía está mostrando una fortaleza muy superior a la que anticipábamos el año pasado. Ha sorprendido muy positivamente, incluso a los que estábamos más optimistas”. En todo caso, ha indicado que España será de los últimos países de la zona euro en recuperar los niveles de PIB de 2019, algo que se espera ocurra en este segundo trimestre, “con lo que significa de pérdida de oportunidad para el crecimiento”.
Goirigolzarri también ha expuesto los retos que ha de afrontar la economía española, ya que su punto débil más importante es su productividad y el mayor factor de vulnerabilidad es el desequilibrio de las cuentas públicas.
Además, se ha referido a la inflación, a cuyo control “hay que seguir dando prioridad”, y ha indicado que el objetivo principal del BCE debe ser devolverla a su objetivo a medio plazo del 2%. “Es fundamental controlar la inflación porque no hacerlo afectaría al anclaje de las expectativas, y todos sabemos las nefastas consecuencias de una situación en la que la inflación esté descontrolada”, ha defendido.