La firma familiar reconoce que se ha visto afectada en su negocio por el descenso en el consumo de bebidas alcohólicas en España, la crisis del brandy en Filipinas, mercado clave para el grupo en este segmento, además de las guerras arancelarias y los tipos de interés, por lo que iniciará una reestructuración en sus sociedades de servicios corporativos y de distribución que enmarca en el proyecto de optimización y eficiencia que viene implementando en el marco de su plan estratégico.
La reestructuración, indica la firma en un comunicado, será abordada a través de procedimientos de despidos colectivos de acuerdo con la normativa legal, como un proceso de negociación que ya se ha puesto en marcha y «con la máxima voluntad de alcanzar un acuerdo con los representantes de las personas trabajadoras».
El grupo, prosigue su comunicado, tiene como objetivo que el número de salidas de la empresa sea el menor posible, «implementando medidas que puedan resultar beneficiosas para todas las partes y de forma que el procedimiento se lleve a cabo de manera responsable, transparente y respetuosa con las personas afectadas». En paralelo, la compañía, que cuenta con presencia en más de 100 países, está implementando un plan de acción centrado en la contención de gastos, la optimización de su portfolio de 38 marcas, la mejora de procesos operativos y la venta de activos no estratégicos para centrarse en sus referencias prioritarias y en nuevas líneas comerciales.