Ese es el balance del ejercicio fiscal 2022, cuyas cuentas acaban de ser publicadas por el Registro Mercantil pese a que fueron firmadas por la cúpula directiva de la empresa a mediados del pasado año 2023. La firma del buscador, como sucede a todas las empresas, tiene abiertos a inspección los cuatro últimos ejercicios, pero no reporta ninguna investigación fiscal ni liquidación ‘extra’. Esta cifra de ventas es muy inferior al negocio real, pues la facturación de los servicios publicitarios y de la nube se realizan principalmente desde Irlanda.
Google opera desde el arranque de operaciones hace ahora 21 años como una filial que lleva a cabo actividades de marketing y soporte al cliente corporativo final para los productos de la compañía en España. A Irlanda presta servicios de promoción de productos publicitarios, dispositivos y accesorios además de soporte para la nube. También lleva a cabo actividades vinculadas a I+D a la matriz estadounidense. El cobro directo de estos productos digitales a empresas y particulares se efectúa precisamente desde las matrices con sede en Dublín (Irlanda) por lo que los ingresos que se declaran en el país no son los reales, pero sí reflejan la tendencia de crecimiento.
En concreto, según las mismas cuentas, en el año 2022 se generaron con esos servicios intraempresa un total de 262,2 millones de euros lo que supone un crecimiento del 23% respecto a un año antes -no cobran nada de manera directa al consumidor final como sí hacen otros como Microsoft-. El grueso de esa factura (169 millones de euros) se han refacturado a la matriz irlandesa en concepto vinculado a los servicios publicitarios o dispositivos. El resto se reparte principalmente entre la firma con sede en Dublín para la nube (73 millones de euros) y la firma americana.
Esa estructura económica permite facturar los servicios de manera directa desde Irlanda, que tiene un tipo impositivo para empresas más bajo, lo que le permite reducir la factura tributaria. En España, el Impuesto sobre Sociedades, que grava los beneficios, ascendió a 17,5 millones de euros después de los ajustes de impuestos diferidos. En el informe anual no precisa, como sí hace Amazon en su filial local centrada en el negocio publicitario, cuál ha sido el desembolso que ha hecho por la llamada ‘Tasa Google’ que en aquel 2022 estaba vigente -y que suponía el 3% de los los ingresos-. El gigante del buscador sí que advirtió que lo trasladaría al precio de sus clientes españoles a través de un recargo del 2%.
La totalidad de ingresos declarados proceden de servicios a Irlanda y Estados Unidos por lo que las ventas reales de la publicidad y servicios de la nube son muy superiores a esos 262 millones
Pese al cerco de la Inspección a las grandes compañías tecnológicas durante los últimos años, que ha dado lugar a numerosas actas de liquidación y pleitos millonarios, Google ha salido indemne. También ha sido así en ese año 2022, donde se mantenían -como obliga la ley- abiertos a inspección los cuatro últimos ejercicio,s pero sin que se haya puesto la lupa de la AEAT sobre sus cuentas. La última vez que la compañía del buscador se puso al día con el Fisco fue en el año 2017, cuando abonó más de 3 millones de euros -entre intereses de demora e impuestos- tras una investigación para los ejercicios entre 2011 y 2015.
La acumulación de beneficios, que se ha ido acelerando en los últimos años, ha hecho que el capítulo de reservas voluntarias de la filial española de la empresa de Mountain View no haya dejado de engordar. A cierre de diciembre de 2022, ascendía a algo más de 164 millones de euros frente a los casi 120 millones de un año antes. Esto supone prácticamente el doble que tres años antes, el ejercicio previo a la pandemia global del coronavirus. Al contrario de lo que sucede con otras compañías del sector, como Microsoft o Apple, no ha optado por la repatriación a través de dividendo. De hecho, nunca en los últimos años ha utilizado esta vía.
Con el crecimiento vivido en los últimos años, la plantilla se ha agrandado de manera relevante. En ese año el equipo vinculado a España se situó en 529 trabajadores frente a los 437 de un año antes. El dinero dedicado a coste salarial total supera los 164.000 euros por empleado. Aunque en su informe no financiero señala que la remuneración media como tal es de 121.000 euros con una brecha de género del 15%. A esto hay que sumar los casi 29 millones de euros vinculados a los planes de ‘stock options’ asignados a la plantilla. Estos planes se liquidan mediante la entrega de acciones del grupo.
Esa cifra de empleados se vio impactada en el año 2023 por la salida de trabajadores a nivel global, aunque no se precisa en esta memoria. El grupo dirigido por Sundar Pichai sólo se limita a asegurar que anunció en enero «una reducción global de plantilla y el impacto financiero en esta entidad [Google Spain] no puede cuantificarse». La oficina principal del grupo está ubicada en la Torre Picasso de Madrid, propiedad del fundador de Inditex, Amancio Ortega. El último contrato se suscribió en julio de 2019, con fecha de resolución este 31 de diciembre de 2024. El alquiler que paga es de 28 euros el metro cuadrado al mes. Esto llevó a un gasto de 3,9 millones de euros en 2022 frente a los 2 millones de 2021.
El gigante tecnológico lanzó la búsqueda de un nuevo consejero delegado para España y Portugal después de que el pasado mes de marzo anunciara el ascenso de la ejecutiva que ocupaba ese puesto desde el año 2016, Fuencisla Clemares. Ella fue designada vicepresidenta de ‘Go to market operations’ en la región de Europa, Oriente Medio y África. En esa fecha aseguró que ya se había iniciado el proceso de selección de un sustituto. Aún no se ha hecho oficial el nuevo nombre.