El Ministerio de Hacienda recuperará con el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) unos 2.400 millones de los casi 14.000 que costará revalorizar durante el año 2023 las pensiones con el IPC. Es decir, al Estado retornará aproximadamente un 17% del gasto público extra derivado de la actualización de las prestaciones debido a la elevada inflación, según los cálculos de este diario cotejados con varios expertos.
Estos ingresos fiscales, sin embargo, no vendrán del grueso de los pensionistas, sino de la minoría de jubilados que sí tributa en el IRPF. En España hay, a grandes rasgos, dos tipos de pensionistas a efectos del impuesto sobre la renta. Los que no pagan por no llegar al mínimo exigido por Hacienda (unos 5,5 millones de personas) y los que sí abonan el tributo, unos 4,2 millones. De estos últimos, cerca de 3,5 millones se mueven entre el límite tributario y la paga máxima del sistema, mientras que la parte restante, unas 700.000 personas, cobra por encima de esta pensión máxima al complementar su prestación pública con planes privados.
Es decir, aunque todos los pensionistas se beneficiarán durante 2023 –en la parte correspondiente a la prestación pública– de una subida del 8,5% para compensar la pérdida de poder adquisitivo por la elevada inflación, solo una parte tendrá que pagar más en el IRPF por esta revalorización.
Los que sobrepasan por poco el límite de tributación tendrán que abonar unos 400 euros de más al año en el IRPF tras la subida, según cálculos del Registro de Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas. Por su parte, los que se encuentran en los tramos más altos estarán obligados a pagar unos 1.500 euros extra tras la revalorización.
Los pensionistas que reciben la prestación pública máxima serán los que más dinero aporten a los cerca de 2.400 millones de euros que recuperará Hacienda en 2023 en forma de IRPF. La razón, explican los expertos consultados, es el peso que tienen estos contribuyentes dentro del total de pensionistas sujetos al gravamen, así como la base imponible que tienen asignada.
Así, los beneficiarios de la asignación máxima del sistema (unas 540.000 personas) tendrán un aumento medio de la cuota íntegra de 1.250 euros por persona, con un correspondiente alza de la recaudación de 673 millones.
Los pensionistas que sobrepasan por poco el límite de tributación son la mayoría (860.000 personas), sin embargo, al tener un aumento de la cuota mucho menor, de unos 500 euros, tendrán un peso menor en el aumento de los ingresos, de solo 423 millones.
Los pensionistas que alcanzan las mayores cuantías (por encima de los 80.000 euros al año) gracias al efecto de los planes privados son una minoría, apenas 24.000 personas en toda España (el 0,2% del total). Sin embargo, los aumentos en la cuota íntegra de 1.500 euros de media por cabeza sumarán a la recaudación unos 36 millones de euros. El resto de los tramos aportarán los 1.300 millones restantes.