“Yo diría que debería haber un acuerdo país, puesto que todos los gobiernos de todos los niveles de las administraciones públicas tienen que cumplir al cumplimiento de ese plan. Yo siempre digo que el éxito del conjunto depende del éxito de las partes y eso requiere un compromiso de todos los partidos políticos y de todos los niveles de las administraciones públicas”, ha añadido justo en el día en que el rey reanuda la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para designar nuevo candidato. El reloj de las repetición de elecciones se puso en marcha el pasado 27 de septiembre y a los dos meses de esa fecha se disolverían las Cortes.
No es momento para más incertidumbres. La AIReF, que hace apenas diez días advirtió de que la desaceleración en la economía española se está intensificando en este arranque de otoño, resalta la necesidad de reducir el nivel de deuda pública y repasa los principales retos en materia de sostenibilidad, entre los que resalta el impacto del envejecimiento de la población sobre las pensiones, el gasto sanitario (que en la pasada crisis pandémica fue sostenido por la administración central para evitar a las autonomías un exceso de déficit) y la atención asistencial, así como la transición ecológica y los compromisos internacionales, entre otros.
La presidenta de la autoridad alerta de que, a medio plazo, el déficit se estancará en el 3% del PIB y la deuda en el 100% del PIB si no se toman medidas para evitarlo, lo que sitúa a las finanzas públicas españolas en una posición vulnerable. Y a largo plazo, la deuda volverá a aumentar impulsada por el efecto del envejecimiento de la población en partidas como las pensiones, la sanidad o los cuidados de larga duración.
Sobre el futuro de las pensiones, la presidenta resalta la importancia de no hacer solo análisis parciales y abordar la sostenibilidad de las cuentas con un enfoque integral. “Afrontar la sostenibilidad siempre requiere un enfoque integral por más que, evidentemente, tengamos que hacer análisis sectoriales. Siempre me gusta decir que la manta es una y tiene que taparlo todo. Si se requiere más manta para tapar un determinado sector o un determinado ámbito, o la hacemos más grande o implicará tener que reducir de otro lado”, subraya.
Herrero resalta también la importancia de empezar a planificar cuanto antes para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas. De hecho, la inminente vuelta a las reglas fiscales obliga a esta planificación. “Teníamos que haber ido aprovechado estos años para ir teniendo en cuenta que, primero, la planificación siempre es necesaria. Y segundo, que el nuevo marco de reglas fiscales hace que ya no pueda demorarse más esa planificación. Si algo caracteriza al nuevo marco de reglas fiscales es que tenemos que afrontar, aproximarnos a las finanzas públicas con una perspectiva de medio plazo. Y eso obliga a planificar”, sostiene.
De cara al futuro, asegura que uno de los retos que tiene la Institución es consolidar su labor de evaluación a través de una reforma de la Ley Orgánica de la AIReF para dotar a esa función de la estabilidad y los medios que requiere. Según Cristina Herrero, el acuerdo de los partidos para reformar la norma es posible, puesto que la evaluación es siempre necesaria, pero en el caso de España es una “urgencia”. “Yo quiero pensar que de igual forma que mi nombramiento obtuvo la unanimidad del Congreso, ¿por qué no lograr la unanimidad en una reforma de la Ley orgánica de la AIReF?”.
Preguntada por si le gustaría prorrogar su mandato, Herrero señala que “personalmente” no encontraría un sitio mejor que la AIReF para su desarrollo profesional, aunque desde un punto de vista objetivo, como el que reclama siempre a la institución, considera muy positivo que el mandato no se pueda prorrogar. De hecho, recuerda que esa condición es uno de los principios que aseguran la independencia de la Institución, junto a su específica forma de financiación –a través de una tasa–, y el hecho de que el nombramiento del presidente requiera mayoría absoluta del Congreso para ser nombrado.
Aunque reconoce que la AIReF puede resultar un organismo incómodo para los supervisados, cree que las fricciones entre supervisor y supervisado son “naturales y deseables”, y se imagina a la institución dentro de unos años como un organismo consolidado como referente de análisis objetivos e independientes en el debate fiscal, económico y en el ámbito de la evaluación.“ La AIReF ha conseguido en pocos años ser sinónimo de calidad, rigor, objetividad e independencia. En los próximos años a mí me gustaría que AIReF se consolidara y que fuera un referente de análisis objetivos e independientes en el debate fiscal, económico y en la evaluación tanto en ámbito europeo como nacional. Suele decirse que la calidad democrática de un país depende de la calidad de sus instituciones. A mí me gustaría que AIReF fuera una institución de referencia y un pilar fundamental de esta calidad tanto institucional como democrática”, concluye.