El empresario –que ha declarado como testigo en el seno del ‘caso Koldo’– ha admitido que él compró millones de mascarillas a Soluciones de Gestión S.L. (la compañía de De Aldama) para los trabajadores de Air Europa, pero que todo llegó en buen estado y nunca pagó comisiones por ello. En una declaración que ha durado menos de una hora, Hidalgo ha especificado que Air Europa compró 1.280.000 mascarillas a la empresa que está bajo investigación porque tenía que repartir material sanitario entre los millones de trabajadores de la compañía aérea, según fuentes presentes en el interrogatorio. Ha defendido este negocio del que, además, ha dicho que podían hacerse «pagos en diferido», es decir, que sólo se entregaba el dinero una vez Soluciones de Gestión S.L. daba los cubrebocas.
Este es, precisamente, uno de los argumentos con los que el exministro de Transportes Ábalos ha hecho gala de su gestión del Ministerio. Ábalos presentó como una garantía en su comparecencia en el Senado el hecho de que el pago quedara congelado porque se reducían así las posibilidades de estafa. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Moreno, a cargo de la investigación no ha hecho preguntas ni tampoco la Fiscalía Anticorrupción. Ninguno de los dos veía pertinente la comparescencia de Hidalgo en este asunto. La Sala de lo Penal dio la razón a una de las acusaciones populares (la asociación Liberum) y ordenó que el empresario viniera, pero el magistrado Moreno se ha ceñido a esa orden para no permitir preguntas que no tuvieran que ver con el traslado de las mascarillas.
Las acusaciones presentes en el interrogatorio no han podido preguntar, por tanto, sobre Wakalua (empresa filiar de Globalia que financió las actividades de Begoña Gómez), ni tampoco nada que tuviera que ver con la esposa del presidente del Gobierno. Sí que trataron de preguntar sobre dos reuniones que tuvieron ella e Hidalgo los días 24 de junio y 16 de julio de 2020 en la sede de Globalia en plenas negociaciones por el rescate del Gobierno a Air Europa, pero Hidalgo dijo no acordarse de esos encuentros, según fuentes presentes en el juzgado.
Hidalgo reconoció su relación laboral con De Aldama, al que dijo haberle pagado 10.000 millones de euros al mes en un contrato por «servicios de asesoría» para resolver las deudas de Venezuela con la compañía. A él lo conoció en 2018 y su relación profesional duró hasta diciembre de 2020, cuando De Aldama cortó el vínculo «sin dar explicación», ha defendido Hidalgo. El testigo este jueves ha negado cualquier tipo de comisión y ha expuesto que todo fue un contrato por escrito.
El empresario se ha remitido continuamente a su director comercial sobre la negociación de los vuelos para transportar las mascarillas, por lo que las acusaciones populares ya han anunciado que intentarán que el juez lo cite para concer al detalle cómo se fraguó ese negocio. Hidalgo ha señalado que los primeros vuelos en los que traían el material sanitario eran a beneficio cero y, una vez la maquinaria se fue engranando, tenía unos beneficios del 1% o 2%. Muy bajos porque mientras la pandemia arrasaba el país eran prácticamente «vuelos humanitarios», han reflejado citadas fuentes.