El informe ha recopilado datos de trece países de todo el mundo -España entre ellos- con mercados de hipoteca inversa establecidos o en desarrollo y ha analizado el potencial de crecimiento de este producto financiero pensado para que las personas mayores puedan obtener un complemento de sus ingresos gracias a su vivienda, sin perder la propiedad ni el derecho de uso de la misma. Entre sus principales conclusiones, el estudio ha destacado que existe una «creciente necesidad» del producto dado el incremento del coste de la vida y la mayor inflación, en tanto que anualmente se genera un volumen de préstamos bajo este formato de más de 15.500 millones de euros y el pronóstico de los autores del informe es que esta cifra «aumente drásticamente».
En cuanto a los actores que entran en liza, se ha constatado que la financiación de las hipotecas inversas procede principalmente de los bancos, si bien las compañías de seguros desempeñan también un «papel muy relevante», al igual que en las operaciones de titulización y emisión de deuda.
Por otra parte, después de la hipoteca inversa como tipología más común de este tipo de productos de monetización de la vivienda, se encontrarían las operaciones de venta de nuda propiedad, que consisten en el derecho real de una persona sobre un bien del que es propietario, pero con la limitación de no tener derecho a su posesión y disfrute, ya que éstos derechos son de otra persona por corresponderle el usufructo hasta que fallezca.
Por otra parte, la hipoteca inversa es un producto que se ofrece a partir de los 55 o 60 años (mayores de 65 años, en el caso de España) normalmente con un tipo de interés fijo, aunque en algunos países también se comercializa con tipo variable, en un momento en el que los tipos de interés por parte de los bancos centrales se han disparado en todo el mundo para atajar la inflación, si bien los mercados descuentan recortes de tipos a partir de la segunda mitad de este ejercicio.
El estudio ha apuntado como barrera principal para el crecimiento del mercado a la falta de conocimiento por parte de los potenciales clientes, seguida de una financiación insuficiente, especialmente en los mercados europeos.
A propósito de las conclusiones del estudio, el consejero delegado de Óptima Mayores -principal promotor de hipoteca inversa en España-, Carlos González, ha comentado que es «evidente» que existe un «enorme potencial» de crecimiento de la hipoteca inversa en el mundo, y muy especialmente en España, donde «el 89% de los mayores de 65 cuentan con vivienda en propiedad y tienen una excesiva dependencia de la pensión pública, muchas veces insuficiente». En esa línea, ha incidido en que si bien «ya hay unas buenas bases» para este crecimiento, existen importantes retos para el desarrollo del mercado, tales como la garantía de un asesoramiento independiente en las primeras etapas de la comercialización, establecer con claridad los consumos de capital para las entidades proveedoras y promover incentivos fiscales.
En España, Mapfre y Banco Santander recibieron el pasado año la autorización del Ministerio de Asuntos Económicos para comercializar la hipoteca inversa, si bien la aseguradora apuntó en su momento que no es un producto con carácter generalista.
Por otra parte, asociaciones de consumidores como Adicae han criticado a este producto aduciendo que es «muy malo» en términos de rentabilidad: «la banca realiza tasaciones por debajo de mercado para obtener rentabilidades posteriormente a la hora de obtener la vivienda del cliente».
En 2022, se aprobaron 787 operaciones de este tipo, cuatro veces más que el año 2021, cuando se realizaron 197, según el Consejo General del Notariado.