Pero don Pedrito ha encontrado un rival que nunca soñó, que le hace perder los papeles y le somete a todo tipo de vejaciones por siete miseros votos, pero votos que son los que le permiten seguir sobre el pedestal de La Moncloa, el templo del poder sanchista que, por otra parte es lo único que le importa la gran becerro.
La última operación diseñada por Puigdemont ese gran «sacerdotiso» del independentismo y prófugo es de las que traerá cola porque dejara un retrato pasmoso de la escasa valía y valentía de nuestro presidente de gobierno, operación que se resume, pásmense en una sola frase «De momento no han recuperado nuestra confianza».
Con esa lapidaria sentencia el prófugo exige al sanchismo una «reunión urgente y extraordinaria» en Suiza con un mediador para «comprobar el grado de cumplimiento de los acuerdos» que tienen pendientes con los socialistas, en temas como el traspaso de las competencias de inmigración, la oficialidad del catalán en la UE o la amnistía a Puigdemont.
«Suspensión quiere decir que no nos sentaremos a negociar los presupuestos», ha dicho, aunque ha vuelto a descartar su voto a favor a una moción de censura. Puigdemont ha insistido una y otra vez en que suspender esas negociaciones implica que «no nos sentaremos a negociar los presupuestos, o los decretos que se tengan que convalidar en el Congreso, o que no nos busquen para las iniciativas legislativas que son unilaterales».
Y sobre ese encuentro en Suiza con el mediador, ha precisado que cuando se pide una reunión urgente, es para que se haga lo más pronto posible, aunque no significa que se haga de forma inmediata. En cualquier caso, dice que el objetivo es que «sepan que estamos en un punto y final y que hay que desencallarlo de forma satisfactoria»
Más allá de esta cuestión, ha insistido en que Junts «está donde estaba» y es el PSOE el que se ha «desviado» del camino y debe explicarse. También ha dejado claro Puigdemont que al presidente del Gobierno «no le hace falta reunirse conmigo para desencallar la situación y resolver esta crisis. Es fácil. Tenemos un acuerdo que no se está cumpliendo. Y, además, tenemos un acuerdo que dice que hay un conflicto que su partido niega que exista. Cómo lo piensa resolver. Es fácil, que se explique».
Sobre el hecho de que la Mesa del Congreso haya decidido seguir estudiando la petición de cuestión de confianza de Junts, significa que han entendido que “íbamos de verdad, que el riesgo de la ruptura es real”.
Y su frase final, tensa mas que nunca la cuerda que jamás se romperá pero que Sánchez no puede tensar mas por si las moscas, porque el profuo quiere “que sepan que estamos en un punto final y que esto no puede continuar más tiempo así”.