Además, tan solo un 44% de la población adulta cree que el impacto de la IA en sus vidas sería positivo en el plazo de cinco años, mientras que el 29% prevé un efecto negativo y el 27% cree que su impacto será mínimo o inexistente. Así lo pone de manifiesto la segunda edición de la Encuesta Funcas sobre Inteligencia Artificial, dedicada a analizar el conocimiento, el uso y la confianza en la IA en España, y que se llevó a cabo de manera online el pasado mes de diciembre entre 1.500 españoles de 18 a 75 años. En todo caso, la percepción de que el impacto de la inteligencia artificial a medio plazo será positivo ha experimentado un leve incremento en el último año. El porcentaje de los que a finales de 2024 consideraban que el impacto será favorable en el plazo de cinco años supera en cuatro puntos porcentuales al de un año antes (40%). Las mujeres se muestran menos optimistas que los hombres: solo el 38% espera un impacto positivo, en comparación con el 51% de los hombres.
Además, un 33% de ellas cree que el impacto será negativo, frente al 24% de ellos. La encuesta de Funcas, que ofrece información novedosa sobre un fenómeno en rápida transformación, cuyo impacto es cada vez más relevante y sobre el que aún existen pocos datos disponibles con este nivel de detalle, también pone de relieve el escaso conocimiento sobre la IA que los españoles declaran tener. Algo menos de la mitad de los encuestados (44%) reconoció tener un conocimiento limitado o nulo de la IA (no saber nada sobre ella o haber oído hablar, pero no saber mucho), lo que, de todas formas, supone una mejora respecto a la encuesta de diciembre de 2023, cuando ese porcentaje fue del 53%.
Por otro lado, el porcentaje que afirma tener un conocimiento avanzado sigue siendo bajo, apenas un 6%, aunque también mejora respecto al 3% registrado en 2023. El grado de familiaridad con la IA se asocia con la edad, aunque también lo hace con el género. El porcentaje de mujeres que declara no saber apenas nada sobre la IA asciende al 49%, diez puntos más que en el caso de los hombres (39%). Llama la atención que las diferencias entre hombres y mujeres se acentúen entre los adultos jóvenes. En los rangos de edad de 18 a 24 años y de mayores de 44, hombres y mujeres declaran niveles de conocimiento similares, pero en el intervalo de 25 a 44 los hombres reportan un conocimiento sobre la IA notablemente superior al de las mujeres. También el nivel educativo se asocia con el conocimiento declarado sobre la IA. Los encuestados con educación universitaria manifiestan un mayor grado de familiaridad con la IA: el porcentaje de quienes reconocen saber poco o nada es casi la mitad del de quienes han alcanzado como máximo el nivel de secundaria inferior (31% y 59%, respectivamente).
Consultados sobre el conocimiento y el uso de ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial más popular, llama la atención que todavía un 15% reconozca no haber oído hablar nunca de ella. Este porcentaje, en todo caso, es inferior al registrado hace un año (20%). Casi un 40% señala haber oído hablar de la aplicación, aunque nunca la ha utilizado, mientras que un 33% declara haberla usado en una o varias ocasiones. Solo el 14% afirma utilizarla con frecuencia, más del triple que hace un año. El uso de ChatGPT varía según la edad, el género y el nivel educativo: los jóvenes, los hombres y quienes cuentan con estudios universitarios declaran en mayor proporción haber usado esta herramienta y hacerlo con mayor regularidad.
De hecho, el uso de esta tecnología parece estar consolidándose entre los hombres jóvenes: casi la mitad de los varones de 18 a 24 años lo utiliza con frecuencia (49%). Por último, la encuesta arroja datos sobre la confianza que inspira la inteligencia artificial en diferentes ámbitos de la vida. Solo tres de cada diez encuestados confiarían en un diagnóstico médico de un tumor realizado exclusivamente por una IA, sin supervisión médica, proporción similar a la de quienes confiarían en que un coche conducido por IA, circulando a 50 km/h, se detendría a tiempo para evitar atropellarles.
Sin embargo, la confianza aumenta de forma considerable cuando se trata de aplicaciones educativas o de vigilancia, alcanzando en torno a tres de cada cinco encuestados. Conocer, entender y saber usar la IA es necesario para poder participar en un debate informado sobre su papel en la sociedad del futuro y para la comprensión del impacto de sus aplicaciones prácticas. Lo contrario supone un obstáculo para entender su importancia estratégica en el nuevo escenario internacional en el que los distintos bloques geopolíticos adoptan enfoques diferentes. Ejemplo de ello son iniciativas como Stargate (EEUU), Deepseek R1 (China) y ALIA (España), tres enfoques dispares sobre el desarrollo de la IA, que reflejan, a su vez, divergentes prioridades y estrategias