«La economía española no se encuentra entre las más expuestas a la guerra comercial abierta por EEUU y la positiva inercia del consumo de los hogares y el despegue del sector inmobiliario pueden continuar generando un notable crecimiento endógeno», apuntan los expertos de la entidad. Añaden que, no obstante, «algunos sectores sí pueden verse afectados de forma significativa. En lo que respecta a la inversión en defensa, el bajo punto de partida apunta a unas necesidades más elevadas que en otros países europeos».
Como explican en las previsiones que han presentado, el menor impacto que el esperado por los aranceles de EEUU, la inercia positiva del mercado laboral, los salarios y el ahorro generado durante los últimos años y la contribución que tendrá el impulso del sector inmobiliario son los tres factores que han llevado a revisar al alza su estimación del crecimiento del PIB.
Así, sobre la economía española, han destacado que «mantiene la fortaleza del crecimiento, sobre todo en términos relativos a Europa, y va adquiriendo importancia el incremento del consumo privado, que se beneficia de la expansión del empleo y los salarios y el menor incremento de los precios». Por su parte, «la aportación del turismo exterior continúa siendo relevante, como la del gasto público. También se observa una mejora de la inversión cuya continuidad es imprescindible para incrementar una productividad que continúa muy alejada de los estándares europeos y, más aún, de los de EEUU».
Las proyecciones de Ibercaja vienen marcadas por la guerra comercial que ha iniciado el presidente estadounidense Donald Trump y que supondrá un freno para el crecimiento global y una aceleración en el alza de precios, aunque la extensión de sus efectos es todavía una incertidumbre, indican.