El interés mostrado por los inversores ha permitido a la compañía abaratar la operación, cuyo coste partía de 145 puntos básicos sobre midswap (la referencia en este tipo de emisiones) y que finalmente se ha cerrado con un diferencial de 110 puntos básicos.
En el primer trimestre de 2025, en todo el mundo empresas y organismos públicos emitieron 148.077 millones de dólares en bonos verdes, un 15,8% menos que en mismo periodo de 2024, cuando la cifra se situó en 175.887. Así lo reflejan los datos publicados por la Climate Bonds Initiative (CBI), organización que monitoriza la evolución de este tipo de colocaciones. En enero de 2025, el mes en el que Trump aterrizó en la Casa Blanca, el volumen se hundió más de un 40%, hasta los 46.000 millones desde los cerca de 80.000 de enero de 2024.
En España también se ha observado esa ralentización de las colocaciones con sesgo sostenible. Frente a ejercicios pasados en los que desde primeros de año el mercado recibía grandes emisiones verdes, este año las operaciones han llegado con cuentagotas, y no llegan ni a 3.000 millones de euros a día de hoy, incluyendo la de 750 millones de Iberdrola de este miércoles. Han emitido bonos de este tipo empresas como Opdenergy (que colocó 1.000 millones de euros, en dos emisiones de 500 millones cada una, en enero), así como la propia Iberdrola (con 400 millones a 5 años, al 1,5%, emitidos a finales de marzo) o Acciona, que ha realizado varias colocaciones por importes inferiores a los 20 millones de euros cada una, según recoge Bloomberg.
Para el inversor, los bonos verdes ofrecen actualmente un cupón del 3,4%, de acuerdo con el índice Bloomberg MSCI Global Green Bond Index, que refleja el comportamiento de una cesta de bonos verdes globales. Esta rentabilidad está sólo ligeramente por debajo de la que ofrece una cesta de bonos globales tradicionales (que está en el 3,5%).