Estas inversiones forman parte del proyecto il·lumina de Iberdrola, puesto en marcha para construir una red eléctrica de distribución del futuro. Entre otras medidas, el proyecto reconstruirá las infraestructuras dañadas, incrementará el nivel de automatización de las instalaciones, incorporará nuevos transformadores inteligentes para aumentar la calidad del suministro, realizará el soterramiento de líneas eléctricas aéreas y elevará y compactará subestaciones transformadoras.
Se espera que estas actuaciones beneficien a más de 650.000 clientes, según la compañía eléctrica, aumentando la seguridad del suministro energético, en un contexto de fenómenos meteorológicos extremos y de creciente integración de la producción de electricidad a partir de fuentes de energía renovables.
El proyecto refuerza el papel del BEI como Banco del Clima, una de las ocho prioridades estratégicas del Grupo BEI que se establecen en su Hoja de Ruta Estratégica para el período 2024-2027. La operación también forma parte del plan de acción del BEI en apoyo de REPowerEU, el programa destinado a incrementar la seguridad y acelerar la transición energéticas reduciendo la dependencia de la Unión Europea de las importaciones de combustibles fósiles.
La financiación incluye 25 millones de euros con cargo a recursos propios del BEI y otros 25 millones de euros procedentes del Fondo de Resiliencia Autonómica (FRA) creado para facilitar el acceso a los préstamos Next Generation EU del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España. El FRA tiene como objetivo impulsar inversiones y desarrollar proyectos en ocho áreas prioritarias: vivienda social y asequible, regeneración urbana, transporte y turismo sostenible, transición energética, gestión de aguas y residuos, economía de los cuidados, investigación, desarrollo e innovación, y competitividad industrial y de las pequeñas y medianas empresas. El FRA está impulsado por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa y cuenta con el Grupo BEI como socio estratégico para su gestión.