A pesar de estas pérdidas, el grupo destacó que fue capaz de revertir el signo del fondo de maniobra, que pasa de un saldo negativo de -20,930 millones de euros a 31 de diciembre de 2022 a un saldo positivo de 9,634 millones de euros a 31 de diciembre de 2023. Una mejora de 30,6 millones de euros desde el cierre del ejercicio anterior. Los ingresos agregados del grupo en 2023 ascendieron a 229,2 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado se situó en los 25,22 millones de euros.
Asimismo, EiDF indicó que, «con el objetivo de sentar unas bases sólidas en aras del crecimiento que lleva desarrollando los últimos años, se ha optado por una política de máxima prudencia, optimizando aquellas partidas en el balance del grupo para mayor precisión y transparencia».
No obstante, el grupo vuelve a contar con salvedades en sus cuentas de su auditor, en esta ocasión PwC, que puso de manifiesto que siguen «existiendo debilidades significativas en el modelo de control interno del grupo».
De todas maneras, EiDF indicó que ha trabajado en los últimos meses como líneas de actuación en la aportaciones de socios formalizadas a través de préstamos participativos convertibles, con la intención de patrimonializar la sociedad; así como en la rotación de activos de autoconsumo con PPA, para monetizar y generar caja recurrente; y en acuerdos con socios financieros para desarrollar proyectos de generación fotovoltaica, que permitan acelerar el negocio de la empresa y generar sinergias con las comercializadoras del grupo.
Además, destacó que cuenta con «un gran modelo de negocio consolidado e integrado verticalmente» entre sus tres unidades de negocio. Por un lado, Autoconsumo Industrial y Generación que suponen para el grupo un 71% y Comercialización, que supondría un 29%, teniendo en cuenta porcentajes aproximados y ajustados sobre Ebitda 2023.
El grupo presidido por Romer prevé poner en operación 80 megavatios (MW) y desarrollar nuevos parques hasta un total de 620 MW de generación fotovoltaico.