En una entrevista en el Mundo el que fuera presidente del PNV, consejero de Industria del Gobierno vasco y eurodiputado, insiste en que el gravamen a las energéticas es «discriminatorio» y aboga por sustituirlo por una reforma del impuesto de sociedades. Imaz recuerda que, mientras que otros competidores europeos están cerrando refinerías, Repsol ha apostado por transformar las de Bilbao, Tarragona, Cartagena, Puertollano, La Coruña, con un proyecto de entre 16.000 y 19.000 millones de inversión los próximos cuatro años, de los que 8.000 millones serían para España.
«Si nos hacen imposible la rentabilidad de las plantas en España, no podemos invertir aquí. Nuestros inversores no nos lo van a permitir», recalca, y advierte de que el «impuestazo» haría «imposible», por ejemplo, la inversión en Tarragona, donde Repsol apuesta por una tecnología pionera en la gasificación de residuos urbanos de desecho para hacer un metanol orgánico verde que tiene unas «rentabilidades justitas». En la entrevista, el CEO de Repsol critica los «tiempos de populismo y demagogia» y apunta que la última conversación que él o cualquier persona habilitada de Repsol ha tenido con un miembro del Gobierno fue en diciembre de 2023. «No ha habido diálogo», lamenta.